El gobierno australiano ha fortalecido una campaña diplomática contra los secuestros de niños en Japón, involucrándose activamente en ayudar a Tokio a reformar el sistema de leyes familiares del país y liderando un grupo de naciones que aumentan la presión sobre Japón después de meses de indignación internacional.
El gobierno australiano ha intensificado una campaña diplomática en contra de los secuestros de niños japoneses, colaborando ahora activamente en ayudar a Tokio a reformar el sistema de leyes familiares del país y liderando un grupo de naciones que ejercen mayor presión sobre Japón tras meses de indignación internacional.
La Ministra de Relaciones Exteriores, Penny Wong, se reunió esta semana con la diputada japonesa Mizuho Umemura y Catherine Henderson, una madre australiana de hijos secuestrados.
Umemura, quien representa al partido opositor japonés Japón Innovación, ha sido una crítica destacada del sistema de custodia exclusiva de su país, el cual permite a los padres secuestrar a sus hijos y cortar todo contacto con el otro progenitor.
En marzo, este periódico y el programa 60 Minutos revelaron que los padres japoneses de 82 niños australianos habían llevado a cabo el secuestro de sus hijos desde el año 2004, lo que llevó a los diputados del gobierno japonés a calificar la situación de vergonzosa.
En una serie de reuniones confidenciales en Canberra, Umemura y Henderson se reunieron con Wong, el Departamento del Procurador General y el portavoz de asuntos exteriores de la oposición, Simon Birmingham, el día jueves.
"En Japón, dicen que Japón es como las Islas Galápagos, que es anticuado o está atrasado", dijo Umemura.
"Esto está proyectando una sombra sobre los niños y su felicidad".
Es poco común que Wong se reúna con un diputado de la oposición de un país extranjero.
Según el protocolo, se espera que la ministra de relaciones exteriores discuta directamente con su contraparte del gobierno japonés, Yoshimasa Hayashi.