La líder Aung San Suu Kyi, de 78 años y premio Nobel, ha estado sufriendo un serio problema dental desde la semana pasada, lo que le ha impedido comer debido al dolor.

Su familia ha expresado preocupación por su tratamiento por parte de las fuerzas armadas, quienes la han detenido desde que retomaron el poder en un golpe de estado en febrero de 2021, sentenciándola a décadas de prisión por una serie de cargos que ella niega.

Su hijo Kim Aris, ciudadano británico, instó a la junta militar a permitirle obtener asistencia médica externa de manera urgente.

Aris dijo al periódico británico The Independent: "Negarle a un prisionero enfermo el acceso a la atención médica recomendada es cruel e insensible.

Según tengo entendido, mi madre ha estado vomitando y tiene mareos intensos debido a su mala salud.

Las autoridades penitenciarias han recomendado atención urgente, pero esto ha sido denegado por la junta militar.

Cualquier persona que padezca una enfermedad en las encías tan dolorosa que no pueda comer, obviamente tiene todo su estado de salud en riesgo si se le niega un tratamiento adecuado".

El régimen de Myanmar, que se autodenomina Consejo de Administración del Estado, ha negado los informes que indican que están impidiendo que Suu Kyi reciba tratamiento médico y afirma que su salud está bien.