Astrónomos realizando el mayor y más preciso estudio de la historia del universo anunciaron haber descubierto una importante anomalía en la energía oscura.

En Nueva York, el jueves, astrónomos que están llevando a cabo lo que describen como el estudio más grande y preciso hasta la fecha sobre la historia del universo, anunciaron que podrían haber descubierto una importante anomalía en su comprensión de la energía oscura, la misteriosa fuerza que está acelerando la expansión del cosmos.

La energía oscura se asumía como una fuerza constante en el universo, tanto en la actualidad como a lo largo de la historia cósmica.

Pero los nuevos datos sugieren que puede ser más variable, creciendo más fuerte o más débil con el tiempo, invirtiendo o incluso desapareciendo.

Según un dibujo de un artista, la luz de los cuásares atraviesa nubes intergalácticas de gas de hidrógeno.

La luz ofrece pistas sobre la estructura del cosmos distante.

'Como diría [Joe] Biden, es un gran j***r', dijo Adam Riess, astrónomo de la Universidad Johns Hopkins y el Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial en Baltimore, refiriéndose a la expresión del presidente de EE. UU. 'Podría ser la primera pista real que hemos obtenido sobre la naturaleza de la energía oscura en 25 años', dijo.

Esa conclusión, si se confirma, podría liberar a los astrónomos, y al resto de nosotros, de una larga y sombría predicción sobre el destino del universo.

Si la acción de la energía oscura fuera constante a lo largo del tiempo, eventualmente alejaría a todas las estrellas y galaxias lo suficientemente lejos como para incluso desgarrar los átomos, agotando al universo de toda vida, luz, energía y pensamiento, y condenándolo a un eterno caso de la monotonía cósmica.

En cambio, parece que la energía oscura es capaz de cambiar de rumbo y apuntar al cosmos hacia un futuro más próspero.

La clave está en los términos 'podría' y 'tal vez'. El nuevo hallazgo tiene aproximadamente una probabilidad de 1 entre 400 de ser un error estadístico, un grado de incertidumbre denominado tres sigma, que está lejos del estándar de oro para un descubrimiento, llamado cinco sigma: 1 oportunidad en 1,7 millones.