El misterio de la Mona Lisa, el famoso retrato de Leonardo da Vinci que ha cautivado a amantes del arte, expertos culturales y al resto de nosotros durante siglos, parece no tener fin.

¿Quién es ella? (Lo más probable es que sea Lisa Gherardini, la esposa de un noble italiano). ¿Está sonriendo? (La respuesta corta: más o menos). ¿Tenía da Vinci la intención original de pintarla de manera diferente, con el cabello recogido o en un vestido de enfermera? Aunque mucho sobre el retrato más enigmático del mundo del arte se ha relegado al reino de lo imposible de saber, ahora, en un extraño cruce entre el arte y la geología, podría haber un misterio menos: el lugar donde se sentaba cuando da Vinci la pintó. Según Ann Pizzorusso, una geóloga y estudiosa del arte renacentista, la sujeta de da Vinci está sentada en Lecco, Italia, un pueblo idílico cerca de las orillas del Lago Como.

La conclusión, dijo Pizzorusso, era obvia: lo descubrió hace años, pero nunca se dio cuenta de su significado.

"Vi la topografía cerca de Lecco y me di cuenta de que este era el lugar", dijo.

El fondo anodino tiene algunas características importantes: entre ellas, un puente medieval (cerca de su hombro derecho) que la mayoría de los académicos han considerado como la clave del entorno de da Vinci.

Pero Pizzorusso dijo que más bien la forma del lago y la caliza gris-blanca delataron a Lecco como el hogar espiritual de la pintura.

Tales características eran tan claras para Pizzorusso que había concluido hace años en un viaje a Lecco que el pintoresco pueblo junto al lago era el escenario de la obra maestra de da Vinci.

Ella asumió, dijo, que tales hechos eran evidentes por sí mismos.

No fue hasta que un colega se acercó a ella, buscando información sobre los posibles lugares de la pintura, que Pizzorusso se dio cuenta de que sus conclusiones tenían mérito académico.

"Se lo decía a la gente, pero nunca hice nada al respecto", dijo.

Sin embargo, la tecnología de mapeo ha dado más credibilidad a su tesis.