Descubre la historia y los números detrás de los años bisiestos y por qué existen
En el mundo / América del Norte, Anuncio Nueva York: Año bisiesto.
Es un deleite para los aficionados al calendario y las matemáticas entre nosotros.
Entonces, ¿cómo comenzó todo y por qué? Echemos un vistazo a algunos de los números, la historia y la tradición detrás del (casi) fenómeno cada cuatro años que agrega un 29 día a febrero.
¿Estás listo para dar el salto? Crédito: AP
Por los números Las matemáticas son desconcertantes de una manera para los legos, y se refieren a fracciones de días y minutos.
Incluso hay un segundo bisiesto ocasionalmente, pero no hay ningún alboroto cuando eso sucede.
La cosa a saber es que el año bisiesto existe, en gran parte, para mantener los meses sincronizados con eventos anuales, incluyendo los equinoccios y solsticios, dice el Laboratorio de Propulsión a Chorro del Instituto de Tecnología de California.
Es una corrección para contrarrestar el hecho de que la órbita de la Tierra no es precisamente de 365 días al año.
El viaje dura aproximadamente seis horas más que eso, según NASA. Los cálculos para el año bisiesto provienen de la órbita de la Tierra alrededor del Sol.
Contrariamente a lo que algunos podrían creer, sin embargo, no todos los años son bisiestos.
Agregar un día bisiesto cada cuatro años haría que el calendario fuera más largo por más de 44 minutos, dice el Museo Nacional del Aire y el Espacio de los Estados Unidos.
Más tarde, en un calendario aún por venir (llegaremos a él), se decretó que los años divisibles por 100 no sigan la regla del día bisiesto cada cuatro años a menos que también sean divisibles por 400, señala el Laboratorio de Propulsión a Chorro.
En los últimos 500 años, no hubo día bisiesto en 1700, 1800 y 1900, pero 2000 sí tuvo uno.
En los próximos 500 años, si se sigue la práctica, no habrá día bisiesto en 2100, 2200, 2300 y 2500.
Los años bisiestos son una fascinante tradición que nos recuerda la complejidad del tiempo y la importancia de mantenernos en sincronía con los movimientos celestiales.
Desde los antiguos egipcios hasta la era moderna, el concepto de añadir un día extra al calendario ha sido un enigma matemático y astronómico que continúa desafiando nuestras mentes y expandiendo nuestro entendimiento del universo.