El juicio de Gisele Pelicot expone una sociedad que trivializa la violación y resalta la lucha contra el abuso sexual.

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Gisele Pelicot, de 72 años, ha señalado que el juicio que lleva a cabo contra su exmarido y otros hombres acusados de abusar de ella ha expuesto una “sociedad machista” en la que se trivializa la violación.

En sus declaraciones finales durante un proceso judicial que ha causado indignación en Francia, Pelicot criticó la "cobardía" de los acusados que, a pesar de los graves cargos en su contra, intentaron justificar la violencia ejercida argumentando que no tenían la intención de violarla.

Dominique Pelicot, su entonces esposo, ha admitido haber drogado a Gisele y haber reclutado a decenas de hombres en línea a lo largo de diez años para abusar de ella mientras se encontraba en un estado de coma en su hogar en la región de Provenza.

Gisele relató que no tuvo conocimiento de los abusos hasta que la policía le mostró pruebas en video que encontraron tras la detención de su exmarido, quien fue arrestado por grabar a mujeres en un supermercado.

Durante el juicio de 11 semanas, Gisele ha estado presente en la corte penal de Aviñón, en el sur de Francia, confrontando a su exmarido, de quien se separó oficialmente el 2 de septiembre, así como a 49 hombres más.

Uno de los acusados sigue prófugo y podría enfrentar hasta 20 años de prisión.

Frente a una sala llena de público, Pelicot declaró: “Es el momento de que esta sociedad machista y patriarcal que trivializa la violación cambie.


Necesitamos transformar nuestra percepción sobre la violación.” Esta valiente declaración ha llevado a Gisele a convertirse en un ícono feminista, ya que ha exigido que el juicio se realice de manera pública con el propósito de generar conciencia sobre el uso de drogas para cometer abusos sexuales y así forzar un cambio en el estigma asociado a las víctimas.

En una conmovedora declaración, Pelicot afirmó: "Sabía lo que estaba haciendo al renunciar a un juicio cerrado… Admito que hoy puedo sentir el cansancio.” Su historia refleja la lucha sistemática de muchas mujeres que han sido víctimas de esta cultura del silencio y la desconfianza hacia las denuncias de abuso.

Históricamente, Francia ha sido un país atravesado por escándalos relacionados con la violencia de género, y este caso ha provocado un debate nacional sobre la protección de las víctimas de abuso y la necesidad de cambiar las normativas legales que aún alimentan la impunidad de los agresores.

Se trata de un llamado a un cambio profundo en la percepción social sobre la violencia sexual y el compromiso de luchar contra las actitudes que contribuyen a este fenómeno.

La valentía y determinación de Gisele Pelicot no solo desafían a sus agresores, sino que también inspiran a una nueva generación de activistas que luchan por la justicia y el respeto hacia las víctimas de abusos en todas partes del mundo.