La entrenadora Bev Priestman no continuará al frente de la selección de fútbol femenino de Canadá tras ser involucrada en un escándalo de espionaje con drones durante los Juegos Olímpicos.
La entrenadora Bev Priestman ha sido destituida de su cargo al frente del equipo femenino de fútbol de Canadá luego de un informe independiente que ha revelado un escándalo de espionaje utilizando drones durante los Juegos Olímpicos de París 2024. Este escándalo ha dejado un legado de desconfianza y preocupaciones sobre la ética en el deporte.
Priestman, que había estado en el cargo desde noviembre de 2020, estaba cumpliendo una suspensión de un año por parte de la FIFA debido al uso de drones para filmar los entrenamientos del equipo de Nueva Zelanda.
Junto a ella, también fueron suspendidos su asistente Jasmine Mander y el analista Joey Lombardi.
Ante la revelación de estas prácticas, Canadá Soccer afirmó que los tres no volverán a ocupar sus posiciones en el equipo nacional.
"La búsqueda de un nuevo entrenador comenzará en breve", comunicó la asociación a través de un comunicado.
Mander y Lombardi fueron despedidos inmediatamente después de los juegos, pero Priestman continuaba recibiendo su salario mientras se realizaba la revisión del caso.
El informe señala que el uso de drones para espiar a los oponentes no era un fenómeno nuevo y que había sido una práctica que databa de varios años atrás.
Los directivos de Canadá Soccer, Kevin Blue y Peter Augruso, expresaron en un comunicado que esta serie de incidentes era un reflejo de una cultura inaceptable dentro de los equipos nacionales.
La investigación sobre este escándalo ha planteado más preguntas que respuestas.
Hasta ahora, se ha indicado que el exentrenador John Herdman no ha proporcionado su testimonio a pesar de que la asociación había iniciado un procedimiento disciplinario en su contra.
La falta de claridad sobre su implicación en los acontecimientos es un punto crítico en esta historia.
Según se ha informado, se identificaron violaciones del Código de Conducta y Ética de Canadá Soccer por parte de Herdman, cuyo mandato al frente del equipo femenino se inició en 2011 y se extendió hasta enero de 2018, cuando fue nombrado entrenador del equipo masculino.
El escándalo se destapó después de que el Comité Olímpico de Nueva Zelanda presentara quejas al COI, alegando que drones habían volado sobre sus sesiones de entrenamiento previas al partido inaugural contra Canadá. Las repercusiones fueron inmediatas, y la FIFA impuso un castigo severo: a Canadá se le restaron seis puntos en el torneo olímpico y se multó con 200,000 francos suizos (aproximadamente 186,200 euros).
Con la salida de Priestman y el informe indicando que el espionaje no es una práctica aislada, se ha resaltado la necesidad urgente de cambiar la cultura dentro de Canadá Soccer.
Las reformas propuestas incluyen capacitación para entrenadores en ética y la creación de un nuevo Comité de Auditoría y Cumplimiento Independiente.
La falta de confianza por parte del público en la organización persiste, y muchos aficionados esperan que este escándalo impulse una transformación real en el deporte canadiense para restablecer la credibilidad.
La situación se ha vuelto más compleja debido a que gran parte de la información completa sobre la investigación es confidencial y ha sido redaccionada en su resumen público.
Este escándalo debe servir como una llamada de atención en el deporte, donde la integridad es fundamental y donde el éxito nunca debe alcanzar a la ética.
A medida que avanza la búsqueda de un nuevo entrenador, el futuro del fútbol femenino en Canadá se encuentra en un momento crucial.