La expulsión de Arturo Vidal en un partido de Copa Libertadores generó controversia al revelarse su implicación con una casa de apuestas online, lo que podría acarrearle una sanción de hasta tres años sin jugar.

Imagen relacionada de escandalo copa libertadores apuestas arturo vidal

Un incidente que ha conmocionado al mundo del fútbol se produjo durante un encuentro de Copa Libertadores entre Colo Colo y Racing, donde la expulsión de Arturo Vidal no solo dejó a su equipo en una situación difícil al quedarse con diez jugadores, sino que también puso en el centro de la polémica su posible vinculación con actividades de apuestas en línea.

La situación se tornó aún más grave al conocerse que, poco antes de recibir su segunda tarjeta amarilla a los 63 minutos, en la página de apuestas en la que Vidal había invertido, se permitía apostar si el mediocampista recibiría o no una tarjeta.

Según reportes de CNN Chile, la plataforma de apuestas, que fue lanzada recientemente por el propio jugador, ofrecía una cuota de 1.45 para apostar a que Vidal sería amonestado en ese partido. Esta cifra indica que por cada euro apostado, el jugador o usuario podía ganar 1.45 euros en caso de que la predicción se cumpliera. Lo que resulta especialmente llamativo es que, en ese mismo partido, Vidal sí recibió dos tarjetas amarillas, primero a los 53 minutos y luego a los 63, lo que llevó a su expulsión y a que Colo Colo terminara el encuentro con un jugador menos.

Este hecho ha despertado una ola de críticas y preocupación en torno a la ética del deporte y la posible influencia de las apuestas en los resultados de los partidos.

La acción de Vidal, en particular, ha sido vista como un posible conflicto de interés o, incluso, como una violación de las regulaciones internacionales que prohíben a los jugadores participar en actividades de apuestas relacionadas con su profesión.

La FIFA, la entidad rectora del fútbol mundial, establece en su Código de Ética que las personas sujetas a su normativa tienen prohibido participar en apuestas relacionadas con partidos o competiciones en las que estén involucradas.

Específicamente, el artículo 27 de dicho código señala que está prohibido que jugadores, entrenadores y demás personal participen, directa o indirectamente, en apuestas, juegos de azar, loterías o actividades similares relacionadas con partidos de fútbol.

La infracción de estas reglas puede acarrear sanciones severas, incluyendo multas que pueden superar los 100,000 francos suizos (aproximadamente 94,000 euros) y una suspensión de hasta tres años en la actividad profesional.

La gravedad de la situación radica en que, si se confirma que Vidal estaba involucrado en promover o facilitar apuestas relacionadas con su propio rendimiento o partidos en los que participaba, podría enfrentar sanciones ejemplares.

La FIFA ha sido clara en su postura contra las apuestas ilegales y ha implementado medidas estrictas para evitar que los jugadores y otros actores del fútbol se vean tentados a participar en estas actividades, que pueden poner en riesgo la integridad del deporte.

El caso de Arturo Vidal no solo refleja la problemática del uso de plataformas de apuestas en línea, sino que también abre un debate sobre la regulación y supervisión de estas plataformas, especialmente cuando las mismas son promovidas por figuras públicas.

Además, la historia reciente demuestra que las sanciones por incumplir las normas de apuestas pueden ser duras y duraderas. Por ejemplo, en 2020, varios futbolistas europeos enfrentaron suspensiones de hasta tres años por participar en apuestas ilegales.

Este escándalo, por tanto, puede marcar un precedente importante en la lucha contra las actividades ilícitas relacionadas con el fútbol y en la protección de la integridad del deporte.

La FIFA y las federaciones nacionales continúan trabajando en fortalecer sus normativas para sancionar con firmeza cualquier conducta que pueda poner en riesgo la transparencia y la justicia en las competencias.

Mientras tanto, Arturo Vidal aún no se ha pronunciado oficialmente, pero las investigaciones y las posibles sanciones están en marcha, con el riesgo de que este episodio tenga consecuencias duraderas en su carrera profesional.