El sistema vasco de detección temprana del cáncer de mama, reconocido por su eficacia, prevé ampliar la edad de detección precoz hasta los 45 años en los próximos dos años, reforzando su compromiso con la salud femenina y la innovación en cribados.

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Desde su inicio en 1995, este sistema ha sido un referente en salud pública, logrando diagnósticos en fases iniciales que facilitan tratamientos menos agresivos y mejores tasas de supervivencia.

Actualmente, el programa realiza aproximadamente 144.000 mamografías anuales en Euskadi, demostrando la capacidad instalada y la tecnología avanzada con la que cuenta, incluyendo mamografías digitales y tecnología de tomosíntesis digital.

Gracias a esta infraestructura, el sistema puede mantener y ampliar su cobertura, permitiendo realizar alrededor de 3.000 exploraciones cada semana y detectar cerca de 715 casos en 2024, en mujeres entre 50 y 69 años, además de aquellas de 40 a 49 años con antecedentes familiares, en fases muy iniciales.

La participación en el programa de cribado ha sido sumamente positiva, alcanzando un porcentaje cercano al 80%, muy por encima del 70% recomendado por las instituciones europeas, lo que evidencia la confianza de la población vasca en las políticas de salud preventiva y en los profesionales que las están llevando a cabo.

La estrategia de #Euskadi en esta materia ha sido reconocida a nivel europeo, consolidando su liderazgo en cribados oncológicos y en avances tecnológicos.

El gobierno vasco, a través del consejero de Salud, Alberto Martínez, ha anunciado que, siguiendo las recomendaciones de la Comisión Europea, se extenderá el programa de detección precoz para incluir a mujeres de 45 a 49 años, en una fase progresiva y cuidadosamente planificada.

A partir de 2026, se incorporarán las mujeres de 48 años, y en 2027 llegará la ampliación hasta los 45 años. Esta decisión se basa en estudios que muestran el incremento en la incidencia del #cáncer de mama en mujeres jóvenes y en la importancia de diagnosticar en etapas tempranas para evitar pérdidas de años de vida y mejorar las circunstancias de tratamiento.

Este proceso de expansión se realiza teniendo en cuenta los recursos disponibles, la tecnología y el compromiso de los profesionales especializados en oncología, ginecología y radiología.

La capacidad del sistema vasco permite realizar aproximadamente 3.000 mamografías cada semana, garantizando que no solo se mantenga la cobertura actual sino que pueda ampliarse en un futuro cercano. La evaluación continua de datos de participación, resultados y características de los tumores detectados ha sido fundamental para perfeccionar el sistema y garantizar su transparencia.

Euskadi ha demostrado un compromiso con la innovación y la calidad

Asimismo, Euskadi ha demostrado un compromiso con la innovación y la calidad, adaptándose a los avances en tecnología y a las mejores prácticas internacionales.

La alta participación social, la tecnología puntera y el enfoque basado en datos sitúan a Euskadi como un modelo a seguir en América Latina y toda Europa, donde el cáncer de mama sigue siendo la enfermedad oncológica más frecuente entre las mujeres.

Es importante contextualizar que la lucha contra el cáncer ha sido una prioridad en las políticas sanitarias desde hace décadas. Los programas de cribado, en particular, han contribuido a reducir la mortalidad a nivel mundial. En España, por ejemplo, el programa nacional de detección de cáncer de mama empezó en la década de 1990, logrando reducir la mortalidad en un 30% en algunas regiones.

El Plan Oncológico Integral de Euskadi, que abarca hasta 2030, y el Pacto Vasco de Salud son mecanismos clave que establecen una hoja de ruta para mejorar la atención, aumentar la participación en cribados preventivos y promover la innovación en tratamientos oncológicos.