Un ejercicio de simulación realizado en las cavidades Kobeta de Mutriku reunió a numerosos profesionales en una operación que simuló la evacuación de dos personas heridas, destacando la importancia de la preparación y coordinación en rescates en entornos subterráneos.

Estas formaciones, situadas en el valle cárstico de Olatz, representan uno de los sistemas de sifones y #cuevas más interesantes de la región, con un desarrollo total de aproximadamente 5,7 kilómetros y una profundidad máxima de 135 metros.
El sistema consta de dos bocas, Kobeta 1 y Kobeta 3, ambas simas verticales de unos 100 metros que requieren técnicas de cuerda para su descenso y ascenso.
El evento, organizado por diversos organismos especializados, reunió a cerca de 80 profesionales de diferentes cuerpos de #rescate y espeleología. Entre los participantes se encontraban miembros de Euskal Espeleo Laguntza, la Sección de Montaña de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza, Nafarroako Espeleo Laguntza, Bomberos de Gipuzkoa, y el Grupo de Montaña Burumendi de Mutriku.
Estas organizaciones colaboran de forma frecuente en la exploración y rescate en entornos subterráneos, donde las condiciones extremas hacen necesaria la formación continua y simulacros como este.
El ejercicio simulaba una situación en la que dos personas quedaron heridas y necesitaban ser evacuadas desde las profundidades del sistema Kobeta. La operación comenzó con un equipo sanitario que acudió rápidamente para atender a las víctimas. Paralelamente, se desplegó un equipo especializado para establecer las comunicaciones, vital en operaciones de rescate en cavernas sin conexión visual directa con la superficie.
Una vez recibida la evaluación inicial, se dividió la cavidad en sectores para facilitar la tarea a diferentes equipos de rescate, quienes tuvieron que sortear obstáculos técnicos como pasos estrechos, galerías amplias, escaladas y meandros.
La dificultad añadida radica en que estas cavidades, al ser ríos subterráneos en su mayor parte, presentan tramos de agua y ausencia de oxígeno en algunos puntos, lo que requiere un equipo de rescate muy preparado.
La evacuación incluyó la colocación de las víctimas en camillas especiales, que posteriormente fueron trasladadas hasta la boca de la cueva, donde fueron atendidas por personal de Osakidetza, el sistema vasco de salud.
Este tipo de ejercicios tiene un valor fundamental para mejorar la coordinación y eficiencia en rescates reales
Este tipo de ejercicios tiene un valor fundamental para mejorar la coordinación y eficiencia en rescates reales. La complejidad de estas operaciones suele requerir la intervención de entre 60 y 80 rescatadores, distribuidos en varias fases. Tras obtener toda la información inicial sobre la ubicación de las víctimas, su estado de salud y los recursos necesarios, se planifica un operativo en un Puesto de Mando Avanzado ubicado cerca de la cavidad, bajo la dirección de técnicos en atención de #emergencias del Gobierno Vasco.
En ocasiones, la naturaleza de la cueva obliga a realizar labores de desobstrucción mediante explosivos, tareas que solo realizan personal cualificado de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza.
La formación práctica en simulacros de este tipo permite a los especialistas perfeccionar sus técnicas y afrontar mejor las dificultades en situaciones reales.
La experiencia adquirida en #Mutriku se complementa con ejercicios similares realizados en otras regiones, como en la provincia de Huesca, donde también se trabaja en la preparación de equipos de espeleosocorro.
Sthevens Bello, responsable de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza, señaló que estas actividades son clave para garantizar una respuesta rápida y efectiva ante posibles emergencias en cavidades.
Mikel Iriondo, del servicio de emergencias de la Dirección de Atención de Emergencias, destacó la importancia de la coordinación entre diferentes cuerpos y la continua formación del personal, que debe estar preparado para enfrentarse a situaciones extremas.
Las cavidades como Kobeta, además de su valor en la espeleología y la aventura, representan riesgos potenciales en caso de accidentes, por lo que la preparación mediante simulacros es esencial.
La experiencia acumulada en estos ejercicios ayuda a reducir los tiempos de respuesta y aumenta las posibilidades de éxito en operaciones reales, minimizando riesgos para las víctimas y los rescatistas.
La región del País Vasco, con su extenso sistema kárstico, se sitúa como uno de los puntos clave en la formación de equipos especializados en rescate en cuevas en España, con un historial largo de operaciones en entornos subterráneos complejos, en los cuales la colaboración internacional ha sido en varias ocasiones fundamental para gestionar emergencias.