En Euskadi, se han llevado a cabo acciones para identificar y devolver los restos de víctimas de la prisión de Orduña, en Bizkaia, ocurrido en 1941, en un proceso que busca dignificar a las víctimas y sus familias. La iniciativa forma parte del programa de identificación de personas desaparecidas vinculado a la Memoria Histórica.
Este acontecimiento conmemora a personas que sufrieron prisión y muerte en aquel centro penitenciario en la década de 1940, y es resultado de un meticuloso trabajo del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos Gogora, en colaboración con las familias y diversas instituciones.
La historia de aquellas #víctimas refleja un capítulo oscuro en la historia española, en un contexto donde la represión tras la Guerra Civil dejó heridas abiertas que aún hoy buscan sanación.
La prisión de Orduña, en particular, fue uno de los centros donde quedaron encarcelados numerosos presos políticos, muchos de los cuales fallecieron en condiciones precarias, en un intento por silenciar las voces disidentes y consolidar el régimen franquista.
Uno de los casos más emblemáticos es el de Manuel Guillén Expósito, un Guardia Civil casado y padre de seis hijos, quien fue arrestado y trasladado a distintos centros de detención.
Falleció en 1941 en la prisión de Orduña, a los 42 años, tras pasar por varias cárceles y centros de reclusión. Recientemente, los restos de Manuel han sido recuperados y entregados a su familia en el Cementerio de San Juan, en Badajoz, en un acto que busca dignificar su memoria y ofrecer cierre a sus seres queridos.
Otra figura importante es la de Miguel Fuertes Molina, un joven agricultor de 26 años, cuyo trágico destino también forma parte de este proceso de identificación.
Miguel fue trasladado desde el campo de concentración de Castuera a la prisión de #Orduña y
Miguel fue trasladado desde el campo de concentración de Castuera a la prisión de Orduña y, según la documentación oficial, falleció en mayo de 1941 debido a una afección por avitaminosis.
Sus restos serán entregados en el cementerio de Mirandilla, en Badajoz, en una ceremonia que promete ser emotiva y llena de reconocimiento.
Además, en el marco de estos trabajos, también se ha identificado a Faustino Aguado Serrano, natural y vecino de Tomelloso, en Ciudad Real. Casado y con cinco hijos, fue trasladado a Orduña en 1940 y falleció en 1941, a los 47 años, en circunstancias que aún se investigan. La entrega de los restos en su pueblo natal busca honrar su memoria y recuperar su historia.
Este esfuerzo de identificación se enmarca en un programa pionero en España, que busca localizar, identificar y devolver los restos de las víctimas desaparecidas en la Guerra Civil y la posguerra.
Hasta la fecha, se han logrado identificar 23 víctimas en total, de un total estimado de 93 personas que permanecen en fosas comunes o en sitios no especificados.
La labor continúa, guiada por el compromiso con la verdad, la justicia y la recuperación de la memoria histórica.
Por último, el director del Instituto Gogora, Alberto Alonso, informó que estos actos de reconocimiento y dignificación son fundamentales para fortalecer la convivencia y recordar los horrores del pasado, para que nunca se repitan.
