Se identifican los restos de Ramón Torres Donoso, quien murió en la prisión de Orduña en 1941. Su inhumación se llevará a cabo en un acto privado.
El Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, conocido como Gogora, ha logrado identificar los restos de Ramón Torres Donoso, un individuo cuya vida fue truncada en un contexto de represión durante la dictadura franquista.
Esta importante identificación se da tras su recuperación del Cementerio de Orduña, donde se llevaron a cabo excavaciones en diciembre de 2022. Tras tomar muestras de ADN y realizar el cotejo correspondiente, Gogora ha facilitado la confirmación de su identidad, lo que representa un eslabón fundamental en la cadena de memoria histórica que busca dar dignidad a las víctimas del régimen.
Ramón Torres, oriundo de Santa Amalia, en la provincia de Badajoz, fue una de las numerosas víctimas que pasaron por el campo de concentración de Castuera antes de ser trasladado a la Prisión Central de Orduña, donde se constató que falleció el 15 de marzo de 1941 a la edad de 38 años.
Esta prisión fue un lugar nefasto asociado con la represión de aquellos que se oponían al régimen franquista.
De hecho, se documenta que de las 225 personas fallecidas en ambos establecimientos, 102 provenían de este campo de concentración.
La familia de Ramón Torres, tras recibir la noticia, realizará un acto privado en el que inhumará sus restos en el Columbario de Orduña, en cumplimiento con su deseo de mantener la ceremonia en la intimidad familiar.
Su identidad se ha sumado a la lista de 11 víctimas ya identificadas de un total de 71 restos recuperados.
La labor de identificación de las restantes 60 víctimas continúa, ya que Gogora mantiene contacto con familiares de estas personas.
Los esfuerzos por restaurar la memoria y recuperar los restos de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista no cesan en Euskadi.
En un esfuerzo conjunto con el Ayuntamiento de Orduña, Gogora planea llevar a cabo trabajos adicionales en el cementerio antes de que acabe el año.
Esto incluye la demolición de nichos que ya no se utilizan y que fueron construidos sobre los lugares de enterramiento de prisioneros.
Al completar esta fase, se programará una nueva campaña de exhumaciones.
La labor de identificación y exhumación en el Cementerio de Orduña forma parte del Programa de Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Guerra Civil, implementado por Gogora.
Este programa se lleva a cabo en colaboración con la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que coordina los trabajos de arqueología forense, así como con el laboratorio genético de la UPV/EHU Biomics, que se encarga del análisis de ADN.
La metáfora de la memoria histórica es crucial para entender estos procesos.
Conocer las historias de personas como Ramón Torres Donoso es entusiasmarse con los ecos del pasado y ofrecer un espacio para la reflexión.
La identificación de estos restos es una forma de rendir homenaje a aquellos que sufrieron injustamente y un paso hacia la construcción de un futuro más justo y consciente, donde la memoria de estas víctimas sea considerada y nunca olvidada.