El Gobierno Vasco y diversas entidades trabajan para cerrar la brecha de género en los campos científicos y tecnológicos, donde las mujeres suelen estar subrepresentadas.

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En Euskadi, un notable número de mujeres elige no cursar estudios en disciplinas científicas y tecnológicas, marcando una tendencia preocupante que se manifiesta en diversos aspectos.

Aunque ellas representan más de la mitad del alumnado en universidades, la representación femenina en áreas como la ciencia y la tecnología es notablemente menor.

En particular, en carreras como física, arquitectura e ingenierías, apenas una tercera parte de los estudiantes son mujeres, mientras que en las ciencias de la salud, esta cifra supera el 75%.

A pesar de que más de la mitad de las tesis doctorales presentadas en la región son defendidas por mujeres, el crecimiento de su participación en investigación y desarrollo se ha estancado en un 35%.

Este fenómeno de “efecto tijera” se traduce en una pérdida de talento femenino a lo largo de las trayectorias científicas, lo que se evidencia en el bajo número de mujeres que lideran grupos de investigación.

En el ámbito académico, más del 70% de las cátedras están ocupadas por hombres, lo que refleja el escaso acceso femenino a puestos de liderazgo en ciencia y universidad.

El 11 de febrero de cada año, se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una iniciativa que fue establecida en 2015 por la Asamblea General de la ONU para reconocer la importancia del aporte femenino en estas áreas.

Este año, el Gobierno Vasco se suma a la conmemoración, reafirmando su compromiso por cerrar la brecha de género en el sector científico.

La disparidad en oportunidades entre hombres y mujeres en el ámbito de la ciencia no se basa en diferencias innatas, sino que proviene de factores sociales y obstáculos sistémicos que limitan el acceso de mujeres y niñas a las carreras científicas.

Los estereotipos de género juegan un papel crucial, asociando ciertas profesiones con un género u otro, perjudicando el desarrollo profesional de las mujeres y limitando su contribución al avance tecnológico y científico.

Asimismo, esta desigualdad no afecta solo a las mujeres, sino que tiene repercusiones en la sociedad en su conjunto. Al excluír del campo científico a personas calificadas, se frena el progreso y se limitan las capacidades de innovación que son fundamentales para responder a los retos contemporáneos.

De acuerdo con el Instituto Europeo de Igualdad de Género, se estima que alcanzar la paridad en campos STEM podría incrementar el PIB per cápita en la UE entre un 2,2% y un 3,0% para 2050.

Por esta razón, tanto el Gobierno Vasco como las universidades e instituciones de la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación están enfocando esfuerzos para promover políticas de igualdad de género.

Muchas de estas entidades han adoptado planes específicos para abordar estas desigualdades. A su vez, hay numerosas iniciativas ciudadanas que abogan por la equidad.

La ciencia necesita de las mujeres y ellas necesitan de la ciencia. Integrar todas las perspectivas es esencial para maximizar el potencial científico y encontrar soluciones a los desafíos que enfrenta nuestra sociedad.

Así, tanto ayer como hoy, el Gobierno Vasco reafirma su compromiso con la celebración de los días de la mujer y la niña en la ciencia, trabajando sin descanso para promover la equidad de género en todos los ámbitos relacionados con el conocimiento y la innovación.