Se conmemoran seis décadas del trágico hundimiento del buque 'Saint Patrick', donde perdieron la vida 31 marineros, en su mayoría de Bizkaia.

El 17 de diciembre de 2023 marca el sexagésimo aniversario del trágico hundimiento del buque 'Saint Patrick', que tuvo lugar en las frías aguas de Alaska, en las Islas Aleutianas.

Este acontecimiento, que se desarrolló en plena Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, ha dejado una huella imborrable en la historia marítima de Euskadi.

El 'Saint Patrick' no siempre llevó ese nombre; originalmente fue un petrolero llamado 'White Bird Canyon', construido en 1944 en Alabama, Estados Unidos.

En un tiempo récord de solo 77 días, el Gobierno estadounidense lo fabricó para abastecer de petróleo a los aliados durante la Segunda Guerra Mundial.

Este fue uno de los 485 buques construidos por el gobierno estadounidense en dicha época.

Con el paso de los años, el 'White Bird Canyon' fue adquirido por el Gobierno francés, que lo renombró 'Gonfreville'. Posteriormente, en 1962, cambió de propietario y recibió el nuevo nombre 'Good Hope'. Sin embargo, fue en 1964 cuando el barco sufrió su transformación más significativa, convirtiéndose en el 'Saint Patrick', un bulkarrier de 169,5 metros de eslora y un peso de 14.500 toneladas, aumentando 5.000 toneladas respecto a su origen.

El día del hundimiento, 31 marineros estaban a bordo, de los cuales solo se recuperó el cuerpo de uno de ellos.

Las familias de los desaparecidos han vivido un duelo prolongado, ya que las causas del accidente nunca se han esclarecido, dejando muchas preguntas sin respuesta.

Hoy, las autoridades vascas, como la Consejera Amaia Barredo y Leandro Azkue, han recordado la memoria de todos aquellos que perdieron sus vidas en el siniestro.

Entre los tripulantes del 'Saint Patrick' se encontraban hombres valientes de distintas localidades vascas.

Julián Díaz Marcuartu, capitán de 34 años de Arrigorriaga; Pedro Beaskoetxea Gorordo, oficial de 40 años; Alfredo Burgos Gastón, tercer oficial de 23 años; y Jesús María de la Torre Ruiz de Azúa, jefe de máquinas de 31 años, son solo algunos de los nombres que quedaron grabados en la historia después de este desafortunado evento.

La búsqueda por parte de las autoridades de los marineros desaparecidos no convenció a las familias, quienes siempre han sentido que el caso quedó sin resolver.

Recuerda Amaia Barredo que, a pesar del tiempo transcurrido, los recuerdos de aquellos hombres y las historias de sus vidas continúan resonando en la memoria colectiva de Euskadi.

Este acontecimiento marcó no solo la vida de las familias de los marineros, sino también un periodo de reflexión sobre la seguridad marítima y la responsabilidad que tienen las empresas navieras con sus tripulaciones.

Cada 17 de diciembre, en recuerdo del 'Saint Patrick', se hace un llamado a no olvidar a aquellos que se sacrificaron en el mar.