Durante la quinta campaña de exhumaciones en Euskadi, se ha identificado genéticamente a Jacinto Polo Ríos, miliciano de la Guerra Civil. Hasta ahora, se han localizado restos de 22 personas en el Cementerio, sumando un total de 147 hallazgos desde el inicio en 2023.

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La reciente campaña de exhumaciones

La reciente campaña de exhumaciones, coordinada por Gogora y llevada a cabo en el Cementerio de Euskadi, ha permitido avanzar en la identificación de restos óseos de aquellos que perdieron la vida en aquella época.

Desde que inició en 2023, el 'Programa de Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Guerra Civil' ha logrado localizar restos de al menos 147 personas en este cementerio, en un proceso que combina esfuerzos de diferentes instituciones: Euskal Prospekzio Taldea, dedicada a localizar posibles enterramientos; la Sociedad de Ciencias Aranzadi, responsable de las #exhumaciones y análisis forense, y el laboratorio Biomics de la Universidad del País Vasco (EHU), encargado del cotejo de ADN.

Uno de los hitos más relevantes de esta campaña ha sido la identificación, mediante análisis genético, de Jacinto Polo Ríos, natural de Donostia/San Sebastián y que luchó en el batallón 'Malatesta', adscrito a la CNT.

Ríos falleció en diciembre de 1936 en el frente de Otxandio, con apenas 20 años, en un período marcado por intensos enfrentamientos en la región. La familia del combatiente fue informada y ha expresado su deseo de que sus restos sean inhumados en el Columbario de la Dignidad de Elgoibar en una ceremonia privada.

El proceso de identificación fue posible gracias a la colaboración del laboratorio Biomics de la EHU, que comparó la muestra genética aportada por los familiares con los restos óseos encontrados en el cementerio.

Este trabajo forma parte del esfuerzo de memoria histórica que busca dignificar a las víctimas y recuperar la memoria colectiva.

Además de Ríos, en esta campaña se han identificado restos de otros combatientes: Adolfo Cengotitabengoa Izurza y Benigno Hierro Pinedo, ambos de Muskiz y Ortuella respectivamente, en Bizkaia, y Jaime Iñiguez Nieva, oriundo de Ortuella, todos ellos miembros del batallón Pérezagua, que lucharon en el frente de Barazar y fallecieron en abril de 1937, en el contexto de intensos combates.

Asimismo, Enrique Contreras, un gudari del batallón Sarasketa, perteneciente a EA-J-PNV, perdió la vida un día antes, en Dima, en una zona cercana a Barazar.

Estos hallazgos reflejan la complejidad del conflicto y las zonas de enfrentamiento en el norte de España, donde diferentes milicias y partidos políticos combatían en lugares cercanos, en una guerra que dejó más de 500.000 muertos y desaparecidos según estudios históricos. La cifra exacta de desaparecidos aún es objeto de investigación, pero se estima que más de 30.000 siguen en paradero desconocido.

El coordinador del programa, Gogora, ha instado a los familiares de soldados y civiles que combatieron en esas fechas y frentes a que contacten con las autoridades para facilitar la identificación y dignificación de los restos.

La memoria de aquellos años difíciles es fundamental para comprender el pasado y fomentar una convivencia basada en la reparación y el reconocimiento mutuo.