La tercera campaña de exhumación en Orduña busca recuperar y identificar los restos de hasta 30 personas, vinculadas a la Guerra Civil española.
En la localidad de Orduña, Euskadi, está en marcha la tercera campaña de exhumación de restos mortales en su cementerio, actividad que se inició el pasado 2 de diciembre de 2024.
Se estima que durante este proceso puedan localizarse los cuerpos de aproximadamente 30 personas que, según la historia, perdieron la vida entre 1937 y 1941 en circunstancias relacionadas con el conflicto bélico español.
Hasta el momento, los trabajos han logrado descubrir los restos de 20 individuos, aunque se espera que el número final sea mayor una vez que se culminen las excavaciones, que se prevé se extiendan hasta el domingo.
Alberto Alonso, director del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos (Gogora), junto al alcalde de Orduña, Iker Santocildes, han estado presentes en las labores de esta significativa campaña.
Durante las campañas anteriores, realizadas en 2014 y 2022, se recuperaron los restos de un total de 71 personas, de las cuales 11 han sido identificadas y entregadas a sus familias, previniendo así una parte de la dolorosa historia que persiste en la memoria colectiva.
Para facilitar el recibimiento de los nuevos restos que se esperan recuperar, Gogora ha anunciado en su planificación para 2025 la ampliación del Columbario de Orduña.
Este columbario, que también alberga restos no identificados, es un lugar de dignidad donde los familiares pueden decidir si inhumar los restos identificados.
La ampliación contará con un presupuesto de 60,000 euros.
La identificación de los restos exhumados es una de las prioridades de esta campaña. Se están llevando a cabo esfuerzos para contactar a los descendientes de las personas que fueron prisioneras. Entre 1937 y 1941, Orduña albergó un campo de concentración y posteriormente una prisión, donde se estima que al menos 225 personas perdieron la vida, la mayoría de las cuales provenían de regiones como Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha y Cataluña.
El campo de concentración de Orduña se estableció en julio de 1937, en un contexto de reclusión forzada de combatientes republicanos. Este lugar se convirtió en un símbolo del sufrimiento extremo vivido por los prisioneros, que enfrentaron condiciones deplorables caracterizadas por enfermedades, hambre y hacinamiento.
En octubre de 1939, la instalación se transformó en una prisión central, lo que prolongó el sufrimiento de muchos de estos cautivos.
La completariedad de la tarea se complica debido al tiempo que ha pasado desde las muertes y la dificultad que esto conlleva para localizar a los familiares.
Gogora ha establecido un listado de 225 fallecidos en Orduña durante este periodo y se encuentra en búsqueda activa de sus descendientes, en colaboración con diversas instituciones y asociaciones memorialistas.
El proceso de identificación genética es vital para honrar la memoria de estos individuos, brindando a sus familias la posibilidad de cerrar un capítulo lleno de dolor.
Esta campañas de exhumaciones no solo tienen un valor memorial, sino que también contribuyen a la reclamación de derechos y reparaciones históricas por las injusticias vividas durante la guerra.
La respuesta de la comunidad ha sido positiva, y se ha agradecido la comprensión de los familiares que han sido parte del proceso, facilitando la reubicación de los restos de sus seres queridos para dar paso a estas exhumaciones.
El trabajo realizado por el Ayuntamiento de Orduña, junto al Instituto Gogora, resalta la importancia de recordar y honrar a aquellos que perdieron sus vidas en un periodo oscuro de la historia española, ofreciendo la esperanza de que la verdad y la justicia puedan prevalecer.
A medida que avanzan las excavaciones, se espera que el resultado de esta campaña traiga alivio y respuestas a un capítulo olvidado en la historia, mientras se preserva la memoria de aquellos que sufrieron en silencio.
La identificación y reinhumación de estos restos deviene un acto de dignidad y respeto hacia las víctimas de un pasado que debe ser recordado.