La consejera de Educación de Euskadi destaca la importancia de las administraciones y la comunidad educativa en la prevención del acoso escolar.

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En Euskadi, el entorno educativo enfrenta el reto de asegurar la convivencia y prevenir la violencia escolar.

Según Begoña Pedrosa, consejera de Educación, la colaboración de administraciones, centros educativos, familias y otros actores sociales es vital para generar un espacio seguro, capaz de prevenir y reaccionar ante casos de violencia.

La consejera ha subrayado la necesidad de contar con una estrategia clara de convivencia escolar y la constitución de un Observatorio de la Convivencia en cada centro como elementos fundamentales en este esfuerzo.

Hoy, Pedrosa ha asistido a una reunión del Observatorio en el Colegio de Educación Infantil y Primaria de Zaldibar, un foro que incluye la participación de alumnado, directores de colegios, así como de madres, padres o tutores.

Este encuentro se lleva a cabo en la víspera del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso en las Escuelas, lo que resalta la urgencia y relevancia de estas conversaciones.

La consejera ha expresado que este espacio permite anticiparse a problemas generales que afectan la convivencia, subrayando la importancia de compartir perspectivas, realizar diagnósticos y tomar decisiones que impactan el bienestar y las relaciones del alumnado.

Pedrosa también ha mencionado que la forma en que se diseñan y utilizan los espacios de aprendizaje puede influir en la prevención de situaciones de desigualdad o maltrato.

"El Observatorio de la Convivencia es un instrumento esencial para abordar las causas que pueden dar lugar al acoso escolar", ha indicado la consejera.

Euskadi ha implementado mecanismos efectivos para abordar estas problemáticas.

En la reunión ha participado Asier Muniategi, director del centro, junto a Iñigo Ramos, responsable del área de innovación en convivencia y gestión de la diversidad de Berritzegune, así como una madre que representa a la comunidad educativa.

Bizikasi, una iniciativa del Gobierno Vasco, busca fomentar un ambiente seguro y de convivencia positiva en los centros educativos.

Pedrosa ha enfatizado que estas condiciones son esenciales para lograr el objetivo del sistema educativo: acompañar al alumnado en su desarrollo y proveer las competencias necesarias para participar activamente en la sociedad.


"Sin una convivencia sana, no hay aprendizaje", ha manifestado.

El programa Bizikasi establece el equipo BAT (grupo de acción contra el acoso escolar), que consiste en el director, el jefe de estudios, el orientador y el profesor encargado de convivencia.

Este conjunto de personas coordina la resolución de casos de acoso, funcionando como el "faro" en situaciones complejas y orientando sobre el camino hacia una convivencia positiva.

El compromiso de toda la comunidad educativa es crucial para crear un clima escolar colaborativo que favorezca el crecimiento académico y personal.

La implicación de familias, alumnado y personal docente es fundamental para generar un ambiente de confianza que permita abordar situaciones que puedan derivar en acoso.

Pedrosa ha reflexionado sobre la importancia de considerar las dinámicas sociales que propician la violencia y el acoso, destacando que la educación debe abordar la discriminación por género, raza, situación socioeconómica o religión.

La cultura y los valores son determinantes para contrarrestar estas actitudes.

El compromiso del Sistema Educativo Vasco se centra en el lema: "ser, saber y convivir", en línea con la nueva Ley de Educación, que busca establecer un modelo de convivencia que involucre a todas las partes interesadas.

El aprendizaje sobre cómo convivir se relaciona con competencias esenciales como el ejercicio responsable de la ciudadanía y el respeto a los derechos humanos.

En conclusión, crear un ambiente seguro frente a la violencia escolar es un desafío que implica la implementación de políticas y protocolos específicos.

Por lo tanto, las estrategias de convivencia escolar se consideran herramientas valiosas para repensar y estructurar las intenciones educativas de los centros.

Por ello, es crucial que cada institución educativa cuente con una estrategia organizada y un Observatorio de la Convivencia eficaz.