El Departamento de Educación de Euskadi presenta su estrategia integral para elevar el rendimiento académico entre 2024 y 2028, adaptándose a los cambios sociales y las necesidades del alumnado.

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El Departamento de Educación de Euskadi ha dado a conocer su nueva estrategia integral que busca mejorar los resultados educativos entre 2024 y 2028. La consejera de Educación, Begoña Pedrosa, resaltó la fortaleza y resiliencia del sistema educativo vasco, pero también hizo hincapié en la necesidad de adecuar dicho sistema a los constantes cambios sociales.

Durante una rueda de prensa en la que participaron figuras clave como Lucia Torrealday, viceconsejera de Políticas Educativas, y Josu Solabarrieta, director del Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa (ISEI-IVEI), se presentó este plan ambicioso en relación a la educación en la comunidad.

Pedrosa afirmó que los cambios sociales influyen decisivamente en la forma en que los estudiantes se educan. La diversidad en las aulas, la evolución demográfica y la irrupción de nuevas tecnologías son solo algunos de los factores mencionados que impactan los procesos de enseñanza y aprendizaje.

En este sentido, el Departamento de Educación se compromete a construir un sistema educativo que sea flexible y adaptado a la realidad del momento. "Estamos decididos a confrontar con rigor y ambición todos los desafíos para mejorar el rendimiento del alumnado", agregó la consejera.

Como parte de esta estrategia, el Departamento ha lanzado nuevos programas de refuerzo educativo que actualmente benefician a más de 24,000 estudiantes.

Estas medidas incluyen refuerzos en matemáticas y comprensión lectora para alumnos de 4º y 3º de Primaria, liderados por docentes con formación especializada.

Asimismo, se están llevando a cabo formaciones para mejorar la enseñanza de las ciencias en los niveles de primaria y secundaria.

El desarrollo académico de los estudiantes también se verá potenciado a través de iniciativas como un programa de aprendizaje socioemocional dirigido a jóvenes de 12 a 16 años, colaborando con la Universidad del País Vasco, lo que busca atender de forma integral la diversidad y el talento en secundaria.

La identificación temprana de dificultades en el aprendizaje para niños de 2 a 5 años también se ha extendido, garantizando intervenciones eficaces desde los primeros años.

El programa Eraldatzen, que apoya a alumnado vulnerable, ya llega a 13,000 estudiantes en 67 colegios públicos. Se propone aumentar la participación familiar y promover entornos inclusivos, potenciando una educación basada en competencias.

A nivel estructural, el Departamento de Educación ha implementado medidas como la reducción de ratios y la estabilización de equipos directivos, confirmando la creación de 8,367 puestos de trabajo en cinco años, lo que contribuye a la estabilidad docente y mejora de la calidad educativa.

Las evaluaciones diagnósticas de 2023 y 2024 han facilitado el análisis de tendencias y la optimización de estrategias. En Educación Primaria, se ha notado una mejora significativa en la competencia científica, aumentando 6 puntos en la evaluación de 2024 respecto al ciclo final, mientras que en comunicación lingüística en castellano se ha observado una disminución de 4 puntos, subrayando la necesidad de atención en esta área.

El informe también señala que las diferencias en los resultados académicos están conectadas al Índice Socioeconómico y Cultural (ISEC). Esto ha motivado al Departamento a diseñar políticas que buscan reducir la brecha educativa y mejorar la equidad en el acceso a la enseñanza.

Finalmente, el Fórum de Personas Expertas ha sido convocado recientemente para discutir cómo las evaluaciones diagnósticas pueden guiar a los centros educativos en la elaboración de estrategias de mejora enfocadas y contextualizadas.

Este grupo de especialistas busca que estas iniciativas eduquen sobre la importancia de la evaluación continua y compartida para asegurar un avance significativo en el sistema educativo.

La implementación de esta estrategia está en marcha, y se espera que sus resultados se noten a medida que se realicen futuras evaluaciones, como las diagnósticas de 2025 y la prueba PISA, que definirán el rumbo del sistema educativo vasco en los próximos años.