Las festividades en honor a la Virgen Blanca se celebran en Vitoria-Gasteiz con actos culturales y religiosos que reúnen a la comunidad.
Hoy, en Vitoria-Gasteiz, se celebra el Día de la Virgen Blanca, un acontecimiento que atrae a numerosos visitantes y locales para rendir homenaje a la patrona de la ciudad con una serie de actividades que combinan lo religioso y lo festivo.
La jornada comenzó con una Misa pontifical en la Iglesia de San Miguel, donde las consejeras del Gobierno Vasco, Nerea Melgosa y Amaia Barredo, estuvieron presentes.
La ceremonia, presidida por el obispo Juan Carlos Elizalde, congregó a ciudadanos que, en un ambiente de reflexión y devoción, se unieron para rendir homenaje a la Virgen.
Tras la Misa, la corporación municipal, con la alcaldesa Maider Etxebarria al frente, participó en la entrega de ofrendas a la imagen de la Virgen, acompañados por la Coral Manuel Iradier que aportó su voz a este acto solemne.
Uno de los momentos más esperados de la jornada es la representación del Aurresku a la Virgen Blanca, un baile tradicional que es interpretado por grupos de dantzaris conocidos como blusas y neskas.
Estos grupos llenaron de color y movimiento la balconada de la iglesia, mostrando no solo su destreza en la danza, sino también la riqueza cultural de la comunidad.
A medida que avanzaba el día, la Plaza Nueva se llenó de vida con la realización del 'Gasteizko Zortzikoa', un baile colectivo que rememora el 'Zortziko serio' que se llevaba a cabo después de la Misa mayor en el pasado.
Este baile, que comenzó a bailarse en su versión moderna en el año 2004, cuenta con la participación de decenas de parejas de dantza que, junto a la Banda Municipal de Txistularis, danzaron ante la atenta mirada de un público entusiasta.
El ambiente festivo se complementó con un pasacalle en el que la fanfarre Gesaltza, junto a gigantes, cabezudos y otros personajes emblemáticos, recorrieron las calles del centro de la ciudad, incluyendo San Prudencio y Dato.
Este recorrido atrae tanto a jóvenes como a adultos, quienes se suman a la alegría de las festividades.
El Día de la Virgen Blanca no solo es un evento religioso, sino una manifestación de identidad y unidad para los residentes de Vitoria-Gasteiz.
La historia de esta celebración se remonta a más de dos siglos y continúa evolucionando, combinando tradiciones antiguas y nuevas formas de celebración.
Desde su origen, ha sido un símbolo de la cultura vasca y un motivo de orgullo para las generaciones que han pasado.
Las festividades de hoy resaltan la importancia de la Virgen Blanca no solo en el ámbito religioso, sino también en la cohesión social y el patrimonio cultural de la región, haciendo de este día uno de los más destacados en el calendario festivo de Euskadi.