El Gobierno Vasco impulsa un proyecto de adaptación climática en Bakio que busca reducir el riesgo de inundaciones y mejorar el entorno natural local.

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El consejero Mikel Jauregi y la alcaldesa de Bakio, Amets Jauregizar, han recorrido recientemente las áreas de Bakea y Solozarre, donde está en marcha un importante proyecto destinado a crear una marisma interior y un bosque inundable.

Esta iniciativa tiene como objetivo mejorar la resiliencia climática de la zona, que ha sido identificada como altamente vulnerable a inundaciones fluviales y costeras.

La intervención implica una inversión de 2,973 millones de euros (aproximadamente 2,5 millones de euros) y se estima que su ejecución dure alrededor de diez meses.

El proyecto constará de dos fases. La primera fase se centrará en la mejora hidráulica y ambiental de la región, mientras que la segunda fase se enfocará en el desarrollo de un plan paisajístico que incluirá la creación de un parque de uso público.

Bakio es un municipio que se encuentra en un punto crítico en cuanto a su riesgo de inundación, tal y como lo indica la cartografía revisada sobre Áreas con Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPSI).

Con las intervenciones propuestas, se espera que la superficie susceptible a inundaciones se reduzca en aproximadamente seis hectáreas y que destaquen los beneficios económicos, que incluyen una disminución significativa en los costos anuales causados por daños de inundaciones, que pasarían de unos 270,000 euros a solo 30,000 euros, lo que representa una reducción de casi el 90%.

Mikel Jauregi ha subrayado la importancia de este tipo de iniciativas, afirmando que “no actuar frente al cambio climático es más costoso que invertir en soluciones que permiten adaptarnos a sus efectos”.

Este enfoque no solo mejorará la calidad de vida de los residentes, sino que también conservará el ecosistema fluvial.

Por su parte, la alcaldesa Jauregizar ha expresado que el proyecto se alinea con los objetivos del Ayuntamiento de Bakio, que ha reconocido la urgencia de adaptarse a las incertidumbres que presenta el cambio climático.

“Estamos comprometidos a proteger el entorno donde vivimos, y este proyecto es una huella visible de ese compromiso”, ha manifestado.

Las intervenciones incluirán la creación de espacios para la fauna y flora autóctona, lo que contribuirá a la recuperación de los procesos ecológicos naturales del área.

Están previstas medidas adicionales, como la eliminación de especies invasoras y la reforestación con vegetación nativa.

El proyecto también se inscribe dentro del marco del programa LIFE IP Urban Klima 2050, el cual es cofinanciado por la Comisión Europea. Este ambicioso programa busca llevar a cabo un total de 40 acciones climáticas en Euskadi hasta el año 2026 para fortalecer la resiliencia del territorio frente a los efectos del cambio climático.

Actualmente, de acuerdo con cifras de Ihobe, se han invertido un total de 13,87 millones de euros, representando el 70% del presupuesto inicial planteado.

Los modelos de participación ciudadana han sido fundamentales en el desarrollo del proyecto, facilitando la integración de las opiniones de los vecinos desde sus inicios.

La creación del nuevo parque y los servicios que ofrecerá han sido diseñados con las contribuciones directas de la comunidad, asegurando que el espacio responda a sus necesidades y expectativas.

De acuerdo con Jauregi, la implementación de soluciones basadas en la naturaleza es clave, no solo para Bakio, sino también como modelo a seguir en otras áreas del País Vasco.

Este enfoque busca mitigar los efectos negativos del cambio climático a través de la restauración y preservación de los ecosistemas, fortaleciendo así las bases para un futuro más seguro y saludable.

Pronto se realizarán visitas guiadas para que los ciudadanos puedan conocer de primera mano el avance y los beneficios de este importante proyecto.