Un proyecto de NEIKER en Euskadi busca transformar efluentes de cultivos hidropónicos en microalgas, contribuyendo a la sostenibilidad agrícola.

En Euskadi, el centro tecnológico NEIKER ha implementado una solución innovadora que transforma los efluentes generados por la agricultura hidropónica en valiosas microalgas.

Esta iniciativa, parte del proyecto europeo REAL-MAC, tiene como objetivo principal promover prácticas agrícolas sostenibles y contribuir a la economía circular.

Los efluentes, que son líquidos residuales ricos en nutrientes provenientes de cultivos de hortalizas como el tomate, la lechuga y la albahaca, se convierten en la materia prima para la producción de microalgas.

Estas microalgas pueden transformarse más adelante en bioestimulantes, fertilizantes y pesticidas naturales, lo que significa que los residuos de los cultivos no solo dejan de ser un problema a gestionar, sino que se convierten en recursos productivos.

La agricultura hidropónica es un método de cultivo que ha cogido fuerza en Europa gracias a su eficiencia en el uso del agua y su capacidad para adaptarse a los cambios climáticos.

Este tipo de agricultura permite cultivar más alimentos en menos espacio, aunque también genera efluentes que requieren tratamientos costosos antes de su eliminación, lo que podría poner en peligro la sostenibilidad del modelo.

Para hacer frente a estos desafíos, NEIKER ha desarrollado un sistema que permite usar estos desechos líquidos de manera innovadora.

En tanques abiertos situados en invernaderos, se cultivan las microalgas, las cuales son capaces de eliminar más del 90% de los nitratos y fosfatos presentes en los efluentes en el transcurso del ciclo de cultivo.

“Este proceso no solo reduce la carga contaminante, sino que también convierte los efluentes en nutrientes valiosos para la producción de biomasa algal”, señala Miriam Pinto, especialista en revalorización de residuos de NEIKER. Este enfoque contribuye a la creación de productos de alto valor añadido, como fertilizantes y biopesticidas orgánicos.

En el futuro, NEIKER tiene la intención de facilitar la adopción de esta tecnología dentro del sector agroalimentario asegurando su viabilidad técnica, económica y ambiental.

“La combinación de hidroponía y microalgas no solo soluciona los problemas actuales del sector, sino que representa una oportunidad para diversificar la cadena de valor en un contexto de cambio climático y creciente demanda alimentaria”, afirma Pinto.

La iniciativa REAL-MAC se alinea con la estrategia del Pacto Verde Europeo, que establece metas ambiciosas para reducir la pérdida de nutrientes en un 50% y disminuir el uso de fertilizantes sintéticos en un 20% para el año 2030. Además, se suma a la reciente Iniciativa Europea sobre Algas, que busca fomentar el uso de estas como recurso para descarbonizar y diversificar la agricultura en Europa.

Con apoyo del programa Interreg VI-A España-Francia-Andorra, este proyecto une a varias entidades transfronterizas con el objetivo de mejorar la sostenibilidad del sector agroalimentario y la eficiencia en el uso de recursos hídricos.

NEIKER, miembro del Basque Research & Technology Alliance (BRTA), se ha comprometido a desarrollar soluciones innovadoras que apuntan a la sostenibilidad y competitividad de la agricultura.

La labor de NEIKER se focaliza en mitigar los efectos del cambio climático y se integra en una visión holística que considera la salud de los seres humanos, los animales y el medio ambiente como interrelacionados.

Además, colabora estrechamente con el Gobierno Vasco para apoyar las estrategias relacionadas con el desarrollo del sector agroganadero y forestal en Euskadi.