Cada vez más mujeres optan por carreras que combinan pasión y flexibilidad, dejando atrás empleos tradicionales para seguir sus sueños y encontrar mayor satisfacción personal.
Este fenómeno refleja un cambio profundo en las dinámicas del mercado laboral, donde muchas mujeres están buscando caminos que les permitan mayor control, equilibrio y significado en sus vidas profesionales.
Presuntamente, esta tendencia también se refleja en Europa, donde cada vez más mujeres están optando por carreras que combinan sus pasiones con la posibilidad de trabajar en un entorno que ellas mismas diseñan.
Uno de los términos que ha emergido en este contexto es el de las 'carreras soft girl', un concepto que describe a aquellas mujeres que abandonan los empleos tradicionales para dedicarse a actividades que consideran más alineadas con su bienestar emocional y sus intereses personales.
Estas mujeres, presuntamente, buscan romper con los esquemas convencionales y crear carreras que les permitan disfrutar de su vida sin sacrificar su felicidad.
Supuestamente, una de las historias que ejemplifica esta tendencia es la de Sheria Rainey, quien pensó que lo estaba haciendo todo bien: escalando en su carrera en relaciones públicas, enseñando y trabajando en recursos humanos mientras criaba a su hijo.
Sin embargo, en lo más profundo, se sentía agotada. La chispa que la llevó a cambiar de rumbo ocurrió en 2014, durante un seminario donde tuvo que crear un tablero de visión. Ahí, supuestamente, redescubrió su pasión por el modelaje, una actividad que había abandonado años atrás. En pocas semanas, asistió a una convocatoria para Creme of Nature y consiguió su primer #trabajo como modelo de cabello. Hoy, más de diez años después, Rainey sigue disfrutando de su nueva carrera, que le permite combinar su pasión con su vida familiar.
Este cambio de rumbo no es un caso aislado. Muchas mujeres están optando por emprender o dedicarse a actividades que les brindan mayor satisfacción personal. Por ejemplo, Anjali Stamats, quien se graduó en música en 2016 y trabajaba en marketing digital, se dio cuenta de que no quería estar encerrada en una oficina.
La yoga fue su vía de escape: comenzó enseñando a colegas y, posteriormente, decidió hacerlo de forma independiente y sin cobrar, muchas veces en granjas o comunidades locales.
Después de casarse con Ben, cuya familia ha trabajado en agricultura durante generaciones, supuestamente, adoptó un estilo de vida más cercano a la naturaleza y el campo.
Esta tendencia también ha sido impulsada por el agotamiento y la sobrecarga que enfrentan muchas mujeres en el mundo laboral tradicional
Supuestamente, esta tendencia también ha sido impulsada por el agotamiento y la sobrecarga que enfrentan muchas mujeres en el mundo laboral tradicional, especialmente en contextos donde la cultura del 'trabajar sin parar' está muy arraigada.
La coach de estilo de vida Jasmine Brett Stringer afirma que muchas mujeres, incluyendo ella misma, han decidido dejar atrás ambientes tóxicos y diseñar carreras a su medida, priorizando su bienestar emocional y su desarrollo personal.
Por otro lado, figuras como Georgia Fort, una periodista galardonada con tres premios Emmy, han dejado los medios tradicionales tras enfrentarse a microagresiones y discriminación de maternidad.
Fundó su propia red de medios, BLCK Press, en Minnesota, con el objetivo de contar historias que otras voces ignoran. Presuntamente, su trabajo refleja la urgencia de muchas mujeres que sienten que los sistemas existentes no les ofrecen espacios seguros ni oportunidades justas.
Finalmente, hay casos como el de Mika Malter, quien transformó su pasión por la escalada en un negocio exitoso, abriendo un gimnasio especializado en la materia.
Supuestamente, estas historias inspiran a muchas otras mujeres a seguir sus sueños y a crear carreras que realmente les apasionen, dejando atrás las presiones tradicionales y buscando un equilibrio que, en muchos casos, resulta en una mayor felicidad y realización personal.
