Descubre qué implica un plan de mejora de rendimiento, cuáles son las señales de que podrías estar en uno y cómo afrontar esta situación en tu entorno laboral.

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Aunque su finalidad original es ayudar a los trabajadores a mejorar y adaptarse a las expectativas del puesto, en la práctica, muchas veces se percibe como un paso previo a la terminación laboral.

Presuntamente, en algunos casos, se utilizan como un mecanismo para justificar despidos o presiones laborales.

El PIP consiste en un documento oficial que detalla las áreas en las que un empleado no cumple con los requisitos esperados y establece metas específicas que debe alcanzar en un período determinado, que generalmente puede variar entre 30 y 90 días.

Este plan suele ser firmado conjuntamente por el trabajador, su supervisor y un representante de recursos humanos. La idea es ofrecer una oportunidad para mejorar, pero presuntamente, en algunos casos, se convierte en una especie de último aviso antes de una posible desvinculación.

Históricamente, la gestión del rendimiento laboral ha sido un aspecto clave en la administración de personal desde la antigüedad, pero fue a partir del siglo XX cuando se formalizaron las evaluaciones de desempeño y los planes de mejora.

Sin embargo, en los últimos años, supuestamente, su uso ha sido objeto de controversia, ya que algunas empresas los emplean como una estrategia para reducir su plantilla sin realizar despidos directos, aprovechando la percepción negativa que generan.

Según datos no oficiales, en 2025 se produjeron aproximadamente 600,000 despidos en sectores administrativos y de servicios en Estados Unidos, cifras que podrían estar relacionadas, en parte, con la implementación de planes de mejora.

Aunque no hay datos oficiales específicos sobre la proporción de PIPs que terminan en despidos, expertos en #recursos humanos señalan que solo entre un 10% y un 20% de empleados logran superar satisfactoriamente estos planes y mantener sus cargos a largo plazo.

¿Pero cuáles son las señales que pueden indicar que alguien está a punto de ser sometido a un PIP? Entre los indicios más claros, se encuentra la reciente recepción de una evaluación de rendimiento muy negativa o un cambio en la actitud del superior, que pasa de ser colaborativo a ser más distante y crítico.

Además, si el gerente comienza a documentar meticulosamente cada error, enviando correos electrónicos que detallan pequeñas fallas o retrasos, esto puede ser una señal de que se está preparando un plan de mejora.

O si su carga de #trabajo ha sido reducida sin una explicación clara

Otro aspecto a tener en cuenta es si el empleado ha sido excluido de proyectos importantes o reuniones clave, o si su carga de trabajo ha sido reducida sin una explicación clara.

La comunicación de expectativas también puede cambiar, volviéndose más rígida y medible, lo cual puede indicar que se está preparando un proceso de evaluación formal.

Enfrentar un PIP puede generar mucho estrés y ansiedad, pero existen estrategias para afrontarlo. Lo primero es mantener la calma y evitar actitudes defensivas. Es recomendable solicitar una reunión para esclarecer las expectativas y demostrar compromiso. Asimismo, documentar todos los avances y comunicaciones puede ser útil en caso de que se requiera una revisión del proceso.

Supuestamente, en algunos casos, un PIP puede ser una oportunidad para mejorar y demostrar el talento, si el empleador realmente quiere ayudar al trabajador.

Sin embargo, presuntamente, en muchas ocasiones, se utiliza como una estrategia para presionar y facilitar la salida del empleado, especialmente en contextos donde la rotación laboral es alta y las empresas buscan reducir costos rápidamente.

Por ello, si alguien recibe un PIP y no ve posibilidades reales de mejorar en su entorno actual, puede ser prudente comenzar a explorar otras opciones laborales.

La búsqueda activa de empleo, incluso antes de completar el plan, puede facilitar la transición y reducir el impacto emocional y económico de una posible desvinculación.

En definitiva, entender qué es un PIP, cómo identificar sus señales y cómo actuar puede marcar la diferencia entre afrontar una situación difícil con madurez o verse atrapado en un proceso que podría afectar la estabilidad laboral y personal.

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