Los recientes ajustes en la administración de la Seguridad Social están generando preocupación entre los jubilados. Conoce los detalles.

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La Seguridad Social se ha convertido en uno de los principales objetivos del Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE) durante la administración del presidente Trump.

Recientemente, se han implementado medidas que podrían afectar significativamente a los jubilados.

En un mitin de campaña en junio de 2024, Trump aseguró a sus seguidores que "como presidente, no recortaré ni un céntimo de la Seguridad Social o de Medicare".

Sin embargo, a medida que avanza su segundo mandato, se están tomando decisiones que podrían tener repercusiones sobre este sistema.

En enero de 2024, Trump firmó una orden ejecutiva que dio vida al DOGE, inicialmente destinado a optimizar la tecnología y el software del gobierno federal.

Sin embargo, sus funciones se han ampliado para abarcar la optimización de la fuerza laboral y la búsqueda de eficiencias en costos.

Como parte de estas iniciativas, la Administración de la Seguridad Social (SSA) ha decidido reducir su personal a 50,000 empleados desde los actuales 57,000.

Además, se están explorando oportunidades de ahorro en contratos, subvenciones, propiedades y tecnología. Se estima que estas medidas generarán ahorros que superarán los 736 millones de euros en el año fiscal 2025, una cantidad significativa dentro de los gastos administrativos que ascienden a 6,1 mil millones de euros, aunque aún insuficiente frente a un déficit proyectado de 100 mil millones de euros.

Una de las promesas más controvertidas de Trump ha sido la eliminación de impuestos sobre los beneficios de la Seguridad Social. Durante su campaña, afirmó que "los ancianos no deberían pagar impuestos sobre la Seguridad Social". En febrero, la secretaria de prensa de la Casa Blanca reiteró que Trump implementaría la "mayor reducción de impuestos de la historia", lo que incluiría la eliminación de impuestos sobre estos beneficios.

No obstante, esto plantea serias preocupaciones respecto a la viabilidad del fondo fiduciario de la Seguridad Social, que ya se prevé que se agote para 2035.

La eliminación de impuestos sobre los beneficios podría acelerar este proceso, llevando a recortes de beneficios incluso antes de lo esperado. Los ingresos fiscales representan un 4% del financiamiento del programa, y eliminar esta fuente de ingresos podría resultar en una pérdida de 1,4 billones de euros en la próxima década, forzando a que el fondo se vuelva insolvente dos años antes de lo previsto.

Históricamente, el Congreso no ha permitido que el fondo fiduciario de la Seguridad Social se vuelva insolvente, y es probable que encuentren una solución antes de que se necesiten recortes.

Sin embargo, la eliminación de impuestos sobre la Seguridad Social complicaría los esfuerzos para resolver el problema de financiamiento.

A medida que estas propuestas avanzan, es crucial que los jubilados mantengan una vigilancia activa sobre los cambios en la legislación y cómo podrían afectar sus beneficios en el futuro.

La incertidumbre económica y las reformas propuestas subrayan la importancia de estar informados para que los beneficiarios de la Seguridad Social puedan planificar sus finanzas con mayor eficacia.