El mercado de artículos de segunda mano está experimentando un crecimiento significativo entre los millennials, impulsado por la inflación y las políticas comerciales que elevan los precios. Descubre cómo esta tendencia ha evolucionado y qué impacto tiene en el consumo actual.

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En los últimos años, el mercado de productos de segunda mano ha visto un aumento exponencial en su popularidad, especialmente entre los millennials. Este cambio en los hábitos de consumo está vinculado a diversos factores económicos y sociales que han transformado la forma en que las generaciones jóvenes adquieren bienes.

Madeline Mitchell, periodista especializada en economía y consumo, señala que desde hace dos décadas, la compra de artículos de segunda mano ha sido una práctica común para muchas familias, pero fue a partir de la pandemia de COVID-19 cuando esta tendencia se convirtió en una opción principal para numerosos consumidores.

La inflación global, que en 2022 alcanzó tasas cercanas al 8% en algunos países europeos, ha reducido el poder adquisitivo de muchas familias, haciendo que buscar alternativas asequibles sea una prioridad.

Por ejemplo, en países como Alemania y Francia, los precios de ropa, muebles y electrodomésticos han aumentado en promedio un 15% en euros durante los últimos dos años, incentivando a los consumidores a buscar en tiendas de segunda mano.

Las plataformas digitales como Vinted, Wallapop o ThredUp han visto un crecimiento en su base de usuarios, en especial entre los jóvenes de 18 a 35 años, que ven en estas opciones una forma de ahorrar y contribuir a la sostenibilidad.

Además, las políticas comerciales y arancelarias también juegan un papel importante en esta tendencia. La guerra comercial entre EE.UU. y China, que en Europa se traduce en mayores impuestos sobre textiles y electrónica importada, ha provocado que los precios de productos similares en tiendas de segunda mano también aumenten.

Por ejemplo, un coche de segunda mano que en 2021 costaba aproximadamente 3.000 euros, ahora puede superar los 3.500 euros en algunos mercados europeos, debido a la escasez de unidades y a los costes adicionales por aranceles.

Kristin Langenfeld, CEO de GoodBuy Gear, explica que muchas empresas de reventa ya están anticipando incrementos en los precios, ya que los costos de los productos nuevos, que sirven como referencia para el mercado de segunda mano, también están en alza.

En el caso de ropa infantil, que en 2022 representaba casi un 60% de las compras de segunda mano en Europa según ThredUp, los precios promedio en plataformas como Vinted han subido en torno a un 10% en euros, reflejando la presión de los costos de producción y transporte.

Por otro lado, plataformas como ThredUp aseguran que, gracias a su modelo de negocio basado en la reutilización de prendas y artículos, no han sido directamente afectadas por los aranceles, ya que la mayoría de sus productos provienen de los armarios de los consumidores, eliminando intermediarios y costos adicionales.

Sin embargo, el interés en comprar de segunda mano continúa creciendo, motivado también por la conciencia ecológica. Los millennials y la generación Z valoran cada vez más la sostenibilidad, prefiriendo opciones que reducen la huella de carbono y el uso de recursos.

Según un estudio reciente, en Europa, el 58% de los consumidores de entre 18 y 35 años prefieren comprar ropa de segunda mano antes que adquirir artículos nuevos, y casi la mitad consideran que esta práctica es una forma de hacer compras más responsables.

Además, la percepción de que las prendas de segunda mano son de menor calidad ha cambiado; actualmente, muchas tiendas ofrecen artículos de marcas reconocidas y en excelentes condiciones.

En resumen, la combinación de inflación, aranceles más altos y una mayor conciencia ecológica está impulsando a los millennials a apostar por la compra de artículos de segunda mano.

Este fenómeno no solo ayuda a las familias a ahorrar dinero, sino que también fomenta un consumo más responsable y sostenible. La tendencia promete mantenerse en auge en los próximos años, adaptándose a los cambios económicos y sociales a nivel europeo y global.