El jefe de la Comisión de Lotería de Texas dimite tras investigaciones sobre sorteos controvertidos que cuestionan la integridad del sistema. La polémica en torno a grandes premios y el uso de servicios de mensajería en línea pone en duda la transparencia del estado.

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La reciente dimisión del director ejecutivo de la Comisión de Lotería de Texas ha generado un gran revuelo en el ámbito de los juegos de azar estatales.

Ryan Mindell, quien asumió su cargo hace menos de un año, anunció su salida efectiva a partir del 21 de abril, en medio de investigaciones oficiales que buscan esclarecer varias polémicas relacionadas con sorteos recientes y supuestos irregularidades.

La renuncia se produce en un contexto en el que el gobernador Greg Abbott inició una serie de investigaciones estatales a principios de año, tras detectar irregularidades en al menos dos sorteos.

Entre ellas, destaca la historia de una mujer que, mediante un servicio digital de mensajería, adquirió un boleto ganador por un monto estimado en aproximadamente 7 millones de euros.

La comisión, en su momento, suspendió el pago de esa suma mientras revisaba el caso, generando dudas sobre la transparencia del proceso.

El escándalo se intensificó con la revelación de que, en abril de 2023, un sorteo dejó un premio de casi 86 millones de euros, en el que una empresa llamada Rook TX adquirió casi todas las combinaciones posibles de números.

La compañía habría recibido unos 65 millones de euros en un único pago, bajo una ley que permite reclamar los premios de forma anónima. Tales acciones hacen cuestionar la integridad y equidad del sistema de lotería en Texas.

Asimismo, en febrero, la comisión tomó la decisión de prohibir el uso de servicios de mensajería digital para comprar boletos, alegando que estos servicios operaban sin la regulación adecuada.

Sin embargo, esta medida no impidió que una mujer de Austin reclamara un premio de 83,5 millones de euros mediante una app. La comisión aún no ha explicado por qué retuvo ese pago, pero ha señalado que la reclamación está bajo revisión y forma parte de una investigación externa.

El caso ha provocado un debate sobre la legalidad y la ética de los servicios de terceros en la compra de boletos de lotería en Texas. Aunque en febrero, el Senado estatal aprobó un proyecto de ley destinado a prohibir las ventas en línea y la intermediación en la compra de boletos, aún está pendiente de aprobación en la Cámara Baja.

Los legisladores también han planteado la posibilidad de cerrar la lotería si no logra operar con transparencia y legalidad.

El gobernador Abbott enfatizó la importancia de que los ciudadanos puedan confiar en el sistema de loterías, asegurando que las autoridades están tomando medidas para garantizar la integridad del proceso.

La investigación en curso busca detectar posibles irregularidades y sancionar a quienes hayan violado las normas.

En términos económicos, la polémica ha tenido un impacto en las cifras de recaudación y en la percepción pública. La lotería de Texas genera millones de euros anualmente, destinando fondos a programas educativos y sociales. Sin embargo, la desconfianza generada por estos escándalos podría disminuir la participación de los jugadores y afectar los ingresos previstos para el estado.

La renuncia de Mindell marca un punto de inflexión en la historia reciente de la lotería texana, poniendo en evidencia la necesidad de fortalecer los controles y la supervisión en este sector.

La comunidad y las autoridades esperan que, con cambios en la gestión, se recupere la confianza en un sistema que, en teoría, debe ser justo y transparente para todos los habitantes de Texas.