La compañía automotriz General Motors destinará aproximadamente 3.7 mil millones de euros en nuevos proyectos de producción en Estados Unidos, fortaleciendo su presencia local y adaptándose a las tendencias de movilidad eléctrica y autónoma. La inversión incluye la reconfiguración de plantas y la apertura de nuevos sitios de fabricación en el país, con un enfoque en la creación de empleos y el impulso a la economía estadounidense.

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Desde su fundación en 1908, GM ha sido un referente en innovación automotriz, desarrollando tecnologías que han marcado la historia del sector, desde los primeros autos de combustión interna hasta la innovación en vehículos eléctricos y autónomos en la actualidad.

La empresa ha jugado un papel fundamental en la economía de Estados Unidos, generando millones de empleos y contribuyendo significativamente al desarrollo industrial del país.

La nueva #inversión contempla la reconfiguración de varias plantas clave. Entre ellas, la planta de Orion, en Michigan, que en 2027 producirá principalmente SUV de gasolina y camionetas ligeras, dejando de lado la producción de vehículos eléctricos en esa ubicación.

Además, GM está readecuando sus instalaciones en Fairfax, Kansas, y Spring Hill, Tennessee, para fabricar modelos como el Chevrolet Equinox y el Cadillac Lyriq, respectivamente.

Esta estrategia responde a los cambios en el mercado y a las políticas comerciales, especialmente en relación con las tarifas impuestas por el gobierno de #EE.UU. a los vehículos importados. La imposición de aranceles del 25% a los autos y componentes fabricados en México y otros países ha llevado a GM a acelerar su producción en suelo estadounidense, con la intención de reducir costos y aumentar la competitividad.

Afirmó que la compañía está comprometida con el desarrollo de tecnología avanzada y la #fabricación en Estados Unidos

El presidente de GM, Mary Barra, afirmó que la compañía está comprometida con el desarrollo de tecnología avanzada y la fabricación en Estados Unidos, con la visión de liderar la transición hacia una movilidad más sostenible.

Además, la inversión no reducirá la producción en otras regiones del continente, y también incluye el anuncio de nuevas líneas de producción para vehículos eléctricos en instalaciones ya existentes.

El respaldo político y social ha sido unánime. La Casa Blanca y el sindicato de trabajadores automotrices han destacado que estas inversiones representan un paso decisivo para revitalizar la industria en EE.UU., generando miles de empleos bien remunerados y promoviendo la innovación tecnológica. La iniciativa también ha sido recibida con entusiasmo por legisladores locales, quienes ven en ella una oportunidad para impulsar la economía regional.

A largo plazo, GM planea continuar invirtiendo en sus plantas americanas y en nuevas tecnologías, con la meta de que en 2030 la mayoría de sus vehículos sean eléctricos.

La compañía también ha anunciado que, en el futuro, ampliará sus líneas de producción de baterías y componentes relacionados, consolidando su liderazgo en electromovilidad.

En conclusión, la inversión de GM en EE.UU. no solo refleja su compromiso con el mercado local, sino que también simboliza un paso estratégico para adaptarse a los cambios globales en movilidad y tecnología automotriz.