Procter & Gamble enfrenta una disminución en sus ventas y un incremento en sus precios en medio de las disputas comerciales iniciadas por la administración de Trump, lo que genera incertidumbre en el mercado y afecta su pronóstico anual.

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Procter & Gamble, uno de los gigantes mundiales en productos de consumo, ha reportado una notable desaceleración en sus ventas recientes y un aumento en los precios de sus productos, en un contexto marcado por las tensiones comerciales impulsadas por la administración del expresidente Donald Trump.

La compañía, con sede en Cincinnati, indicó que en el primer trimestre del año sus ventas orgánicas apenas crecieron un 0,8%, un porcentaje que contrasta con los años anteriores donde alcanzaba cifras del 3% al 4%.

Este fenómeno se debe, en gran medida, a la creciente incertidumbre económica y a las medidas arancelarias que Estados Unidos ha impuesto a diferentes países, especialmente a China y algunos socios europeos.

Desde 2018, las políticas proteccionistas y los aranceles aplicados por Trump generaron una tensión comercial global que afectó a múltiples sectores.

En el caso de P&G, aunque la compañía afirmó que la mayoría de sus productos se fabrican en regiones cercanas a sus mercados principales, la inflación derivada de los aranceles ha obligado a la empresa a revisar su estrategia de precios.

Como resultado, muchos de sus productos han visto incrementos de entre un 4% y un 6% en sus precios, equivalentes a aumentos de aproximadamente 4,5 a 6,8 euros en productos que antes costaban unos 70 euros en promedio.

Este aumento en los precios ha impactado el poder adquisitivo de los consumidores, que en un contexto de incertidumbre económica también han reducido su gasto en categorías no esenciales.

La propia P&G ha reconocido que las condiciones del mercado han llevado a una menor demanda en varias regiones, especialmente en Europa, donde la economía ha mostrado signos de desaceleración en los últimos meses.

Históricamente, las tensiones comerciales no solo afectan a los precios, sino también a las cadenas de suministro globales. Durante la administración de Trump, se impusieron aranceles sobre bienes por un valor superior a 250 mil millones de dólares, lo que generó una escalada en los costos de importación y exportación.

Empresas como P&G, que dependen de una cadena de suministro compleja y global, han tenido que buscar alternativas de sourcing y ajustar sus estrategias de producción para mitigar los efectos de estas políticas.

El director ejecutivo de P&G, Jon Moeller, afirmó en una entrevista reciente que la compañía está evaluando diferentes opciones de sourcing para reducir su dependencia de las regiones afectadas por los aranceles y, al mismo tiempo, está considerando aumentos de precios para mantener sus márgenes de ganancia.

Sin embargo, advirtió que estos incrementos podrían ser inevitables a largo plazo, debido a la naturaleza inflacionaria de los aranceles.

Los analistas económicos señalan que la situación de P&G refleja una tendencia general en el mercado de consumo, donde la incertidumbre política y económica está llevando a las empresas a adoptar una postura más conservadora.

La expectativa es que, si las tensiones persisten, los precios seguirán subiendo y el crecimiento en ventas se mantendrá débil durante los próximos trimestres.

En conclusión, la política comercial de Trump, que buscaba proteger a la industria estadounidense mediante aranceles, ha tenido efectos colaterales significativos en empresas multinacionales.

La inflación y la reducción del gasto de los consumidores son solo algunas de las consecuencias que se están manifestando en la economía global, afectando a gigantes como Procter & Gamble y dejando en el aire el futuro de sus estrategias de mercado.