¿Está Estados Unidos perdiendo terreno frente a Europa en la reducción de tasas de interés? Un análisis sobre las decisiones de la Fed y su impacto en la economía global.

Mientras que Europa, a través del Banco Central Europeo (BCE), ha adoptado una estrategia más agresiva de recortes en sus tasas, la Fed ha mantenido una postura más cautelosa, generando especulaciones sobre si esta diferencia coloca a EE.

UU. en una posición desventajosa en la competencia global.

Históricamente, la política monetaria ha sido una de las herramientas principales para estimular o enfriar una economía. Desde la Gran Recesión de 2008, la #Reserva Federal ha recurrido a una serie de recortes en su tasa de referencia, conocida como la tasa de fondos federales, con el objetivo de apoyar el crecimiento y reducir el desempleo.

Sin embargo, en los últimos años, la Fed ha optado por mantener sus tasas en niveles relativamente altos en comparación con Europa, donde el BCE ha implementado una serie de recortes, llegando incluso a tasas negativas en algunos países como Alemania.

Para entender el contexto, hay que remontarse a los años previos a la pandemia, cuando la #economía estadounidense mostraba signos de fortalecimiento, con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,3% en 2019.

La Reserva Federal, entonces, comenzó a elevar gradualmente las tasas para evitar una sobrecalentamiento y controlar la inflación, que en ese momento rondaba el 2.4%, ligeramente por encima del objetivo del 2%.

Por su parte, el BCE, en respuesta a una economía europea más débil y a una inflación persistentemente baja, inició una política de recortes en sus tasas, llegando a un mínimo histórico de -0.5% en 2019. La diferencia en las políticas monetarias entre ambas regiones se refleja en los tipos de interés actuales: mientras que en EE. UU. la tasa de referencia oscila entre 4.25% y 4.5%, en la eurozona se mantiene en torno al 2%, una de las más bajas en décadas.

La economía norteamericana sigue siendo más robusta y resiliente

¿Significa esto que Estados Unidos está perdiendo una carrera global para reducir tasas? La respuesta no es tan sencilla. Aunque la diferencia en los niveles de tasas puede parecer una desventaja para EE. UU., la economía norteamericana sigue siendo más robusta y resiliente, con un crecimiento proyectado del 2.5% para 2024, frente al 0.6% estimado para la eurozona, según análisis de instituciones como Oxford Economics.

Además, hay que considerar que las decisiones de la Fed están influenciadas por múltiples factores, incluyendo las tensiones comerciales, las políticas fiscales y la inflación.

La implementación de aranceles y políticas proteccionistas, especialmente bajo la administración del expresidente Donald Trump, ha generado incertidumbre que ha llevado a la Fed a adoptar una postura más conservadora, retrasando recortes que podrían estimular aún más la economía.

Por otro lado, la política del BCE ha estado marcada por una necesidad urgente de estimular una economía europea estancada y con baja inflación. La diferencia en la inflación entre EE. UU. y #Europa también es significativa: en mayo, la inflación en EE. UU. fue del 2.4%, mientras que en la eurozona fue del 1.9%. Esto da mayor margen a Europa para seguir bajando tasas sin que ello genere presiones inflacionarias.

El impacto de estas políticas en los mercados también es notable. Una tasa de interés más baja en Europa ha impulsado una depreciación del euro frente al dólar, facilitando las exportaciones europeas, pero encareciendo las importaciones para EE.

UU. y afectando a los consumidores estadounidenses.

En conclusión, aunque puede parecer que la Reserva Federal está en desventaja en la carrera de recortes de tasas frente a Europa, la realidad económica y las condiciones internas de cada región determinan la rapidez y la profundidad de esas decisiones.

La estrategia de la Fed, basada en datos económicos y en su objetivo de mantener la estabilidad, puede no ser tan rápida como la del BCE, pero sigue siendo efectiva para sostener la economía estadounidense.