El presidente Trump busca incentivar la fabricación de automóviles en EE. UU. con una exención temporal de aranceles.

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El presidente Donald Trump ha tomado una nueva medida para fomentar la producción de automóviles en Estados Unidos, otorgando una exención temporal de aranceles a los vehículos provenientes de México y Canadá.

Esta decisión, que se extiende por un mes, beneficiará a las principales automotrices del país: Ford, General Motors y Stellantis.

Con esta estrategia, Trump espera animar a los fabricantes a aumentar la producción dentro de las fronteras estadounidenses. En un contexto donde la industria automotriz ha estado bajo presión por los altos costos de importación, esta medida representa un intento de equilibrar la balanza y priorizar la fabricación local.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la realidad es que ninguna automotriz produce completamente en EE. UU., ya que la mayoría de los vehículos utilizan piezas de todo el mundo.

En este sentido, Cars.com ha elaborado un 'Índice de Más Americanos', que clasifica los vehículos en función de su contenido de piezas y su ensamblaje. Este índice considera cinco criterios: el lugar de ensamblaje, el contenido de piezas, el origen del motor, el origen de la transmisión y la mano de obra estadounidense.

Sorprendentemente, Tesla ha dominado esta lista en los últimos años, con su modelo Model Y ocupando el primer lugar durante tres años consecutivos.

Los diez vehículos más 'americanos' según este índice son:

1. Tesla Model Y, ensamblado en Fremont, California, y Austin, Texas.

2. Honda Passport, ensamblado en Lincoln, Alabama.

3. Volkswagen ID.4, ensamblado en Chattanooga, Tennessee.

4. Tesla Model S, ensamblado en Fremont, California.

5. Honda Odyssey, ensamblado en Lincoln, Alabama.

6. Honda Ridgeline, ensamblado en Lincoln, Alabama.

7. Toyota Camry, ensamblado en Georgetown, Kentucky.

8. Jeep Gladiator, ensamblado en Toledo, Ohio.

9. Tesla Model X, ensamblado en Fremont, California.

10. Lexus TX, ensamblado en Princeton, Indiana.

El enfoque de Trump en los automóviles producidos en EE. UU. no solo busca proteger la industria local, sino también crear empleos y estimular la economía nacional. Históricamente, la industria automotriz ha sido un pilar fundamental de la economía estadounidense, contribuyendo significativamente al empleo y al desarrollo tecnológico.

Sin embargo, la transición hacia vehículos eléctricos y la competencia global están desafiando a los fabricantes tradicionales. A medida que el mercado evoluciona, es esencial que las políticas públicas se alineen con las realidades del sector automotriz moderno.

Con esta nueva medida, el presidente Trump continúa su esfuerzo por hacer que la fabricación estadounidense sea más competitiva y atractiva, enfrentándose a los desafíos de un mundo interconectado, donde la producción y la innovación son clave para el éxito.

Al final, el futuro de la industria automotriz en EE. UU. dependerá no solo de políticas como esta, sino también de la capacidad de las empresas para adaptarse a las nuevas demandas del mercado y de los consumidores.

La esperanza es que, con estas iniciativas, se logre un renacer en la producción automotriz nacional.