Más de 3.000 entidades españolas, tanto públicas como privadas, han participado y colaborado en los más de 1.200 proyectos de cooperación que se han desarrollado en España con otras entidades de otros países europeos y terceros países, en el marco de los diferentes programas de Cooperación Territorial Europea (CTE) Interreg que forman parte de la Política de Cohesión de la Unión Europea.

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En el marco del Evento Anual Interreg que se celebró en la ciudad de Santiago, más de 3.000 entidades españolas, entre entes públicos y privados, han colaborado y participado activamente en más de 1.200 proyectos de cooperación territorial europea.

Estos proyectos forman parte de los diferentes programas de Cooperación Territorial Europea (CTE) Interreg, que buscan fomentar la colaboración entre países europeos y terceros países en áreas de interés común.

La ministra de Hacienda y Función Pública en funciones, María Jesús Montero, destacó la importancia de estos programas, que forman parte de la Política de Cohesión de la Unión Europea, y resaltó el papel de las entidades españolas en su participación activa y creciente en los últimos años.

Durante el periodo comprendido entre 2014 y 2020, se han invertido un total de 877 millones de euros en estos proyectos, con una ayuda procedente de los fondos europeos de 670 millones de euros.

Esto ha permitido financiar proyectos relacionados con temas como el cambio climático, la gestión de crisis sanitarias, la transición energética y el envejecimiento de la población.

Además de los programas de cooperación transfronteriza, como el Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza España-Portugal (POCTEP) y el Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza España-Francia-Andorra (POCTEFA), también existen otros programas de cooperación territorial europea que financian proyectos en áreas como la economía azul y verde, la despoblación y el envejecimiento de la población.


En el próximo periodo 2021-2027, España incrementará su aportación financiera en un 8% y se enfocará en la reducción de las disparidades económicas y sociales, la transición ecológica y digital, el fortalecimiento de los vínculos entre las ciudades y las zonas rurales, y la promoción de una sociedad más inclusiva y sostenible.

María Jesús Montero también resaltó la importancia de la flexibilidad en estos programas, adaptándolos a las necesidades y problemáticas específicas de cada territorio.

Asimismo, abogó por la colaboración con países vecinos para promover la estabilidad y la cooperación en la región.

En resumen, la participación activa de las entidades españolas en los programas de cooperación territorial europea ha permitido fortalecer el tejido regional, promover la solidaridad comunitaria y contribuir al desarrollo económico y social de España y de la Unión Europea en su conjunto.