El incremento en la circulación de partes automotrices falsificadas en EE.UU. genera preocupaciones sobre la seguridad vial y la economía, con un notable aumento en las incautaciones y riesgos potenciales para los conductores.

En los últimos años, el mercado de piezas automotrices falsificadas ha experimentado un crecimiento alarmante en Estados Unidos, poniendo en riesgo la seguridad de millones de conductores.
La entrada de estas piezas fraudulentas no solo afecta la calidad y el rendimiento de los vehículos, sino que también puede tener consecuencias fatales en casos de accidentes.
Históricamente, la falsificación de componentes automotrices no es un fenómeno nuevo. Desde la década de 1990, con la expansión del comercio global y el auge de las plataformas digitales, la distribución de partes falsificadas se ha facilitado considerablemente.
Sin embargo, en los últimos cinco años, el incremento en la circulación de estos productos ha sido exponencial, principalmente debido a la creciente demanda de piezas de reemplazo a menor costo.
Las autoridades aduaneras y de seguridad en EE.UU. han reportado que en el año fiscal 2024 se incautaron más de 300,000 piezas automotrices falsificadas, un aumento del 40% respecto al año anterior.
Entre las principales incautaciones destacan más de 1,200 bolsas de airbags falsificados, además de filtros, bujías y sensores de presión de neumáticos, todos con un valor estimado en más de 2.000 millones de dólares si hubieran sido genuinos.
Expertos advierten que estos productos falsificados, en su mayoría provenientes de Asia, representan un grave peligro para la seguridad vial. Bob Stewart, presidente del Consejo de Lucha contra la Falsificación Automotriz, explica que muchas de estas piezas contienen componentes que no cumplen con los estándares de seguridad, lo que puede provocar fallos en situaciones críticas.
Por ejemplo, airbags falsificados han sido vinculados a lesiones graves o incluso muertes en accidentes, debido a que pueden no desplegarse correctamente o contener cargas explosivas no aprobadas.
El problema no se limita a los airbags. Las piezas falsificadas incluyen desde sistemas de frenos hasta componentes electrónicos, que pueden alterar el rendimiento del vehículo y aumentar la probabilidad de fallos mecánicos.
La mayoría de estas piezas se venden en plataformas en línea, muchas veces a precios significativamente inferiores a los originales, lo que atrae a consumidores desprevenidos.
La policía de EE.UU. y la Oficina de Aduanas han intensificado sus esfuerzos para combatir esta actividad ilícita. En 2024, varias operaciones de incautación han desmantelado redes de distribución que operaban desde países como China, Hong Kong y Taiwán. Sin embargo, Stewart señala que el mercado negro de autopartes falsificadas sigue siendo difícil de erradicar, ya que los delincuentes adaptan constantemente sus métodos para evadir controles.
A nivel local, algunos casos ejemplares ilustran la gravedad del problema. En Michigan, un hombre fue acusado de vender airbags falsificados en plataformas de comercio electrónico, enfrentando cargos que podrían conllevar penas de prisión.
Además, en Tennessee, un mecánico fue condenado a dos años de cárcel por importar y distribuir airbags falsificados desde China.
Desde la perspectiva del consumidor, la recomendación principal es comprar piezas en distribuidores autorizados y verificar siempre la procedencia y la certificación de los componentes.
También es aconsejable solicitar informes de historial del vehículo y realizar inspecciones rigurosas en talleres de confianza antes de adquirir o reemplazar partes.
El impacto económico también es significativo. Se estima que el mercado ilegal de autopartes falsificadas en EE.UU. genera pérdidas por más de 3.000 millones de dólares anuales, afectando a fabricantes legítimos y a la economía en general. La lucha contra esta problemática requiere la colaboración de autoridades, fabricantes y consumidores para reducir la circulación de productos peligrosos y proteger vidas en las carreteras.
En conclusión, la proliferación de piezas automotrices falsificadas representa un desafío creciente en EE.UU., con implicaciones tanto para la seguridad vehicular como para la economía. La conciencia y las acciones preventivas son fundamentales para evitar que los conductores caigan en la trampa de productos de baja calidad que podrían poner en riesgo su integridad física.