Stefanos Tsitsipas, tras ser eliminado por Kei Nishikori en el Masters 1000 de Montreal, no se contuvo y dirigió duras críticas hacia su padre y entrenador, Apostolos, cuestionando su capacidad para ayudarlo en momentos cruciales.
En un giro inesperado del Masters 1000 de Montreal, Stefanos Tsitsipas fue derrotado en la segunda ronda por el veterano japonés Kei Nishikori.
El partido, que terminó con un marcador de 6-4, 6-4, dejó a Tsitsipas reflexionando sobre su propio desempeño y dirección técnica.
La sorpresa de la derrota no fue el único tema que acaparó titulares, ya que Tsitsipas expresó su frustración no solo por su actuación, sino también por la gestión de su padre y entrenador, Apostolos Tsitsipas, a quien echó del box durante el encuentro.
Este incidente marcó un punto de inflexión en la relación profesional entre padre e hijo, una dinámica que ha sido fundamental en la carrera del tenista griego.
“Necesito y merezco un entrenador que me escuche”, declaró Tsitsipas en una conferencia de prensa posterior al partido.
Continuó, haciendo evidente su descontento: “Mi padre no ha sido muy inteligente ni bueno a la hora de gestionar estas situaciones, y esto no es algo nuevo”. Lo que comenzó como una victoria para Nishikori, quien a sus 34 años esquiva las lesiones, se tornó en un catastrófico escenario para el griego, que se mostró profundamente decepcionado.
Durante el primer set, Nishikori mostró su experiencia mientras Tsitsipas, con una ventaja de 5-2, permitió que su rival se acercara al ganar puntos cruciales después de que el griego decidiera sacar a su padre del recinto.
Aunque recibió una penalización por su conducta, logró recuperarse y quebrar el saque de Nishikori, aunque no pudo sostener su éxito por mucho tiempo.
Finalmente, el asiático, mostrando una forma admirable dada su historia de lesiones, se llevó el partido en una hora y 18 minutos.
El contexto de la derrota de Tsitsipas incluye una serie de actuaciones irregulares en torneos recientes, lo que ha puesto en duda su enfoque y preparación.
Desde su llegada al circuito profesional, el griego ha sido considerado uno de los talentos más prometedores, pero esta eliminación pone en tela de juicio la estabilidad de su equipo y su capacidad de adaptarse a la presión de los grandes eventos.
Por otro lado, el joven italiano Jannik Sinner, defensor del título del Masters de Montreal, aprovechó la ocasión para reafirmar su posición como uno de los favoritos, derrotando a Borna Coric sin mucha resistencia.
Sinner, al ser el actual número uno del mundo, también mencionó que su actuación fue mejor de lo que el marcador indica, superando un punto de quiebre que podría haber cambiado el rumbo del partido.
Mientras tanto, el alemán Alexander Zverev, también avanzó a la tercera ronda tras una victoria convincente, dejando atrás a otros tres cabezas de serie, incluidas las eliminaciones de Daniil Medvedev y Tommy Paul.
Por su parte, el español Alejandro Davidovich sorpresivamente eliminó a Medvedev, lo que le otorga impulso en el torneo tras un año complicado.
La situación de Tsitsipas es un recordatorio del desafío que enfrentan los jóvenes deportistas en la cúspide de sus carreras y cómo la relación con quienes los rodean puede influir en su desempeño y resultados.