Toni Nadal, una de las figuras más influyentes en la historia del tenis, reflexiona sobre su carrera, el desarrollo del deporte y las claves para mantener la excelencia en un circuito cada vez más competitivo.

Sin embargo, una figura que ha dejado una huella imborrable en la historia del deporte es Toni Nadal, quien fue mucho más que un simple entrenador para su sobrino Rafael Nadal: fue su mentor, guía y un referente moral, influyendo en múltiples aspectos de la carrera del mallorquín durante más de una década.
Su relación y legado trascienden las cifras y resultados, representando una filosofía de trabajo basada en valores y esfuerzo.
Desde sus inicios en Manacor hasta las grandes finales en la Philippe-Chatrier, Toni moldeó a un joven Rafael con una fórmula simple pero inflexible: esfuerzo, humildad y determinación.
A lo largo de los años, ambos lograron conformar una de las duplas más exitosas y respetadas en la historia del tenis. Los números respaldan esta afirmación: 17 títulos de Grand Slam en los 22 que conquistó Rafa, un legado que sigue siendo referencia para entrenadores y deportistas en todo el mundo.
La formación de Nadal, bajo la tutela de Toni, dejó una impronta que combina técnica, carácter y disciplina.
Toni Nadal comparte su experiencia y perspectivas en una entrevista exclusiva con medios argentinos. Él analiza los desafíos de formar jugadores en la era moderna, la relación actual con Rafa y su opinión sobre las finales más recientes en Roland Garros, donde la competencia entre jóvenes como Jannik Sinner y Carlos Alcaraz ha generado revuelo.
Además, ofrece una visión crítica sobre el estado del #tenis argentino y las dificultades que enfrentan sus principales exponentes en la actualidad.
Al ser consultado sobre la victoria de Alcaraz en Roland Garros, Toni respondió con humor y respeto: “Si yo hubiera sido el entrenador de Alcaraz, le habría dicho: ‘Por favor, no me hagas sufrir tanto’”.
Sobre la derrota de Sinner en la misma final, comentó: “Le diría que en momentos decisivos, como en el 0-40, debe tomarse su tiempo, pensar y pegar con fuerza.
El esfuerzo y la paciencia serán su mejor aliado”.
El exentrenador también analizó la dificultad de mantener el nivel en el top del tenis profesional
El exentrenador también analizó la dificultad de mantener el nivel en el top del tenis profesional. Explicó que llegar a la cima es solo la mitad del camino y que sostenerse requiere gran estabilidad mental, educativa y emocional. Según su experiencia, la diferencia radica en que pocos logran mantenerse en la élite a largo plazo. Recordando su etapa con Rafael, afirmó: “Siempre supe que Rafa tenía potencial, pero la confianza en uno mismo es fundamental para llegar y mantenerse en la cima”.
Asimismo, Toni resaltó el impacto de la era moderna: “Hoy en día, ser entrenador es más complejo y menos estimulante. Hay que tener mucha diplomacia y cuidado para no dañar la autoestima del jugador. Antes, podías ser más directo, y eso facilitaba el proceso de crecimiento”. En este sentido, valoró la suerte que tuvo con Rafa: “Tuve la oportunidad de decirle lo que pensaba, y eso fue clave para su desarrollo como deportista y persona”.
Por otro lado, hizo referencia a la relación con su sobrino tras su retiro del circuito profesional. “Dejé de entrenarlo en 2017 porque sentí que mi trabajo había culminado. Él quedó sorprendido, pero entendió que era el momento de seguir su camino. A pesar de ello, seguimos muy cercanos; nos vemos, jugamos al golf y nos apoyamos en diferentes ámbitos”, contó.
Toni también opinó sobre el tenis argentino, que en sus inicios vivió una época dorada con figuras como David Nalbandian, Juan Martín del Potro, Guillermo Coria y Gastón Gaudio.
Reconoció el talento y la disciplina de esa generación, pero también otros aspectos de la formación actual. “El tenis argentino tuvo un gran momento, y hoy sigue siendo un referente. Sin embargo, la tendencia actual favorece golpes más potentes y menos tácticos. Para mantener competitividad, sería recomendable que los jugadores argentinos enfoquen su #entrenamiento en el aspecto estratégico y en la variedad en el juego”, explicó.
El exentrenador se mostró convencido de que el deporte pide adaptarse a la mentalidad y a las demandas del circuito actual. “El tenis social y el profesional han cambiado mucho. Antes, el juego se basaba en construir puntos y jugar con inteligencia, mientras que ahora prevalecen golpes potentes y rápidos. Para tener éxito en este escenario, hay que aprender a pegar fuerte, pero también a entender cuándo y cómo hacerlo”, resumió.