El mundo del tenis llora la pérdida de Peter Lundgren, quien fue clave en la carrera de Roger Federer y dejó una huella imborrable en el deporte.

Este viernes, el tenis se ha visto conmovido por la triste noticia del fallecimiento de Peter Lundgren, un reconocido entrenador sueco que fue fundamental en los inicios de la carrera de Roger Federer.

Lundgren, quien contaba con 59 años, fue una figura influyente tanto en la cancha como fuera de ella, y su legado perdurará en la memoria del mundo del deporte.

Lundgren nació el 29 de enero de 1965 en Gudmundra, Suecia, y desde joven mostró una gran pasión por el deporte, practicando fútbol y hockey sobre hielo.

A la edad de 10 años, se adentró en el tenis, donde rápidamente demostró su talento.

Se convirtió en profesional en 1983 y llegó a alcanzar el puesto 25 en el ranking de la ATP en diciembre de 1985, durante una época dorada para el tenis sueco.

A lo largo de su carrera como jugador, Lundgren acumuló tres títulos de ATP y participó en varias finales, destacando su desempeño en torneos internacionales.

Sin embargo, su impacto más grande se dio tras colgar la raqueta, cuando comenzó a dirigir a otros tenistas y se convirtió en un referente en la formación de nuevos talentos.

Uno de sus primeros grandes logros como entrenador fue con el chileno Marcelo Ríos, a quien guio al Top 10 mundial.

A partir de ahí, Lundgren se unió a la Asociación Suiza de Tenis, donde conoció a un joven Roger Federer.

En una entrevista, Lundgren compartió sus recuerdos de los inicios de su trabajo con Federer, destacando su temperamento y capacidad de aprendizaje.

Durante el periodo que Lundgren fue el entrenador de Federer, desde el año 2000 hasta 2003, el suizo ganó sus primeros 11 títulos, incluyendo su primer Grand Slam en Wimbledon en 2003, marcando el inicio de una carrera que lo llevaría a convertirse en uno de los más grandes de la historia del tenis.

Además, Lundgren también tuvo la notable hazaña de guiar a Marat Safin a la victoria en el Abierto de Australia en 2005.

Después de su tiempo con Federer, Lundgren continuó su carrera como entrenador, trabajando con diversos jugadores como Grigor Dimitrov y Stanislas Wawrinka, y desempeñando un papel en el equipo británico de Copa Davis.

Sin embargo, su vida personal se vio marcada por problemas de salud, incluyendo una grave complicación derivada de una fractura en el tobillo que llevó a la amputación de parte de su pierna a causa de una infección.

Al conocer la noticia de su fallecimiento, muchas figuras emblemáticas del tenis, como Björn Borg y Stefan Edberg, expresaron su pesar y recordaron a Lundgren como una persona con un gran corazón y un amigo querido por todos.

La pérdida de Peter Lundgren deja un vacío irreparable en el mundo del tenis, y su impacto en la vida de muchos jugadores y aficionados será recordado por años.

Su dedicación y amor por el deporte continúan siendo una inspiración para futuras generaciones.