El tenista argentino Sebastián Báez, 36º del mundo, se clasifica para la final del ATP 250 de Bucarest al vencer al húngaro Marton Fucsovics. Su rival será el italiano Flavio Cobolli.

Sebastián Báez, que ocupa el puesto 36 en el ranking ATP, se ha clasificado para la final del ATP 250 de Bucarest, Rumanía, tras derrotar este sábado al húngaro Marton Fucsovics, que se encuentra en el puesto 90, con un claro marcador de 6-2, 6-2.
Esta victoria representa un hito significativo para el joven tenista argentino, ya que será su tercera final de la temporada, habiendo ganado anteriormente en Río de Janeiro y perdido en Santiago de Chile.
En la final, que se llevará a cabo en la cancha central del Centrul Național de Tenis, Báez se enfrentará al italiano Flavio Cobolli, que actualmente ocupa el puesto 45.
Cobolli también tuvo un contundente desempeño en su partido semifinal, en el que superó al bosnio Damir Dzumhur, clasificado en el puesto 65, con un resultado de 6-3, 6-0.
El encuentro por el título está programado para las 8 de la mañana, horario argentino, y podrá ser visto a través de la plataforma Disney+.
Báez ha demostrado un rendimiento excepcional en superficies de polvo de ladrillo, donde ha acumulado 78 victorias desde 2022, años en los que se levantó su primer trofeo ATP en Estoril.
Su enfoque mental en la cancha, así como su capacidad para adaptarse a las circunstancias del juego, le ha permitido mantenerse en el top 50 del ranking ATP durante casi tres años.
La final de Bucarest marcará su décima aparición en un partido decisivo en su superficie preferida.
A pesar de no contar con un saque destacado o un golpe predominante que lo diferencie, Báez ha trabajado arduamente en mejorar su juego, enfocándose en construir los puntos desde la línea de base.
Sabe que su fortaleza mental y su capacidad para defenderse son sus mayores aliados en la cancha. Su estilo de juego le ha servido para obtener un porcentaje de efectividad del 67% en polvo de ladrillo, en contraste con su rendimiento en superficies duras, donde su efectividad es mucho más baja, alcanzando solo un 29%.
Estos números reflejan las diferencias en su rendimiento según la superficie, lo que se traduce en un claro dominio en su especialidad.
Este año, Báez ha tenido una trayectoria mixta. Tras conseguir el bicampeonato en el ATP 500 de Río, su desempeño en torneos de superficie dura ha sido menos exitoso, cayendo en las primeras rondas de Masters 1000.
Sin embargo, su retorno a la tierra batida ha reinvigorado su confianza, como lo demuestra su reciente éxito en Bucarest. En este sentido, es importante destacar cómo el jugador ha podido superar momentos críticos de su carrera, especialmente cuando ha atravesado rachas negativas en su desempeño.
Se espera que tras la final de Bucarest, Báez continúe su campaña en el Masters 1000 de Montecarlo, donde tendrá un complicado debut ante el checo Thomas Machac, actual 21 del mundo.
Este será un nuevo reto, pero los aficionados esperan que la confianza adquirida en Rumanía lo impulse a lograr un rendimiento similar en el resto de las superficies.
Con tan solo 24 años y un palmarés ya notable, Sebastián Báez se perfila como uno de los próximos grandes talentos del tenis argentino, buscando igualar a otros íconos del deporte y superar sus propios límites en el circuito internacional.