El seleccionado argentino de rugby 7 no logra avanzar a las medallas en los Juegos Olímpicos, tras una derrota 26-14 frente a la selección local.

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La imagen de Gastón Revol, agachado al borde del campo con el rostro entre las manos, reflejaba la profunda desilusión del equipo argentino.

Los Pumas 7's llegaban a los Juegos Olímpicos de París 2024 con grandes expectativas.

Tras una destacada temporada en el Circuito Mundial de Seven, donde habían logrado el bronce en Tokio, la ilusión de conseguir el oro estaba latente.

Sin embargo, su sueño se desvaneció después de ser derrotados por Francia, con un marcador de 26 a 14, lo que los dejó fuera de la lucha por las medallas.

La tristeza de Revol simbolizaba la frustración de todo un equipo.

Argentina, bajo el mando del entrenador Santiago Gómez Cora, se vio superada por un rival que supo aprovechar el ambiente local.

Francia sorprendió con una estrategia de juego efectiva y un dominio notable en el primer tiempo, dejando a los argentinos sin opciones y cometiendo numerosos errores.

La primera mitad del partido fue especialmente difícil para los Pumas, quienes apenas lograron cruzar la mitad del campo.

Marcos Moneta, una de las figuras más destacadas del equipo, no dudó en señalar el kick-off como el momento clave de la partida.

"No comenzamos bien", afirmó, remarcando la dificultad de volver a competir después de más de tres meses de inactividad por una fractura en el peroné derecho.

A pesar del esfuerzo, el primer golpe que recibió Argentina fue devastador: dos tries en los primeros minutos dejaron el marcador 14-0 a favor de los franceses.

La presión del público completó un cuadro complicado.

Las casi 80,000 personas en el Stade de France crearon un ambiente hostil, lo que exacerbó la tensión en los jugadores argentinos.

"No logramos jugar según nuestro plan", comentó Gómez Cora en la conferencia posterior al partido.


"El entorno nos abrumó, pero es una experiencia de aprendizaje.

Hace 20 años, cuando comencé como jugador, había apenas 20 personas en las gradas.

Este récord de público fue algo a lo que nuestros jugadores no estaban acostumbrados.

La pasión del público francés les obligó a correr más".

A pesar de un primer tiempo desastroso, el equipo argentino no se rindió. En la segunda mitad, la actitud cambió, y con un try de Rodrigo Isgró a los 1:30 minutos, encendieron las esperanzas de los aficionados.

La reincorporación de Moneta fue significativa, y con un jugador de más en el campo tras la tarjeta amarilla a un defensor francés, Argentina logró acercarse en el marcador, reduciendo la diferencia a solo 7 puntos.

Sin embargo, aunque los argentinos lograron experimentar un renacer en el juego, la falta de concentración y el agotamiento acumulado por su trayectoria los penalizó. Con el tiempo ya cumplido, Antoine Dupont, figura destacada del equipo local, sentenció el encuentro con un try que dejó el marcador final en 26-14.

La frustración era palpable entre los jugadores, quienes habían llegado a París con aspiraciones elevadas.

"Las derrotas son duras, especialmente cuando se dan de esta manera", expresó Gómez Cora, enfatizando la necesidad de aprender y no exteriorizar culpas.

A pesar de su sufrimiento, el orgullo por el esfuerzo del equipo permanece, y el foco ya está en lo que viene, enfocados en el próximo desafío donde se enfrentarán a Nueva Zelanda por el quinto puesto.

En resumen, aunque no lograron el resultado deseado, la experiencia adquirida es un paso hacia el futuro.