El arquero de Independiente, Rodrigo Rey, enfrenta una batalla legal tras la decisión del colegio de sus hijos de no renovar sus matrículas, especialmente la de su hijo Benicio, diagnosticado con autismo.

Rodrigo Rey, el arquero del club Independiente, se encuentra en medio de una situación desgastante y angustiante junto a su familia.

Su hijo Benicio, quien fue diagnosticado con autismo en 2023, ha sido víctima de una decisión que ha desencadenado un conflicto con el colegio José Manuel Estrada, ubicado en City Bell.

La institución educativa ha optado por no renovar la matrícula de sus dos hijos, algo que ha dejado a la familia en una incertidumbre alarmante.

La noticia fue informada a la familia a mediados de octubre, cuando la dirección del instituto confirmó que no se renovarían las vacantes para Renata, de 16 años, y Benicio, de 8 años.

La falta de detalles sobre la decisión ha llevado a Rey y su esposa, Laura Cáceres, a tomar acciones legales para revertir esta determinación.

En un acto de apoyo, antes de un reciente partido, los dos equipos pusieron en práctica una conmovedora iniciativa: saltaron al campo luciendo auriculares que atenuaban el ruido y camisetas con el mensaje “Con los chicos, no.

Este partido lo jugamos entre todos”, promovido por la Asociación Civil TEActiva.

Los hinchas de Independiente se unieron a la causa al exhibir una bandera que decía: “El autismo es parte de este mundo, no es un mundo aparte”. Este gesto de solidaridad se replicó en todo el estadio, donde los aficionados corearon el nombre de Rodolfo Rey, generando un momento emotivo que hizo que el arquero, conmovido, llevara sus manos al corazón en señal de agradecimiento.

El apoyo de la comunidad y la visibilidad que ha ganado su situación ha sido clave para la familia.

Rodrigo y Laura decidieron hacer pública su lucha, expresando su esperanza de que esta situación se resuelva de manera justa, no solo para sus hijos, sino también para sentar un precedente que prevenga futuras discriminaciones similares.

En sus redes sociales, la pareja manifestó su deseo de ver a Renata graduarse y a Benicio continuar su educación en un ambiente que ya conoce y con amigos que han demostrado ser un gran apoyo para él, ayudando a que se sienta seguro incluso en situaciones ruidosas.

“Con esos que lo cuidan cuando hay demasiado ruido, esos que le permiten marcar goles y celebrarlo con abrazos, esos que lo han incluido en su mundo”, expresaron.

Esta situación no solo es una lucha personal, sino una oportunidad para generar conciencia sobre la inclusión educativa y el respeto hacia la neurodiversidad.

La experiencia de Rodrigo Rey resuena en muchos hogares que enfrentan desafíos similares, mostrando que la comunidad puede unirse en favor del bienestar de los niños con necesidades especiales, promoviendo una convivencia en la que todos sean incluidos, comprendidos y aceptados.

A lo largo de la historia, la educación inclusiva ha tenido altibajos; sin embargo, el camino hacia un ambiente educativo más comprensivo y acogedor ha ganado terreno gracias a iniciativas como la de Rey y su familia, que buscan no solo defender sus derechos, sino también inspirar a otros a hacer lo mismo.