Tras la amarga derrota del River Plate frente a Godoy Cruz, los hinchas expresaron su descontento hacia el entrenador y el arquero. La situación se tornó tensa en la explanada del estadio de Mendoza.
La atmósfera en River Plate es cada vez más densa después de la reciente derrota 2-1 frente a Godoy Cruz en Mendoza.
A pesar de las bajas temperaturas en la provincia, esta situación ha caldeado el clima emocional de los hinchas, quienes permanecieron en los alrededores del estadio, no para pedir autógrafos, sino para manifestar su malestar.
El primer en salir del vestuario fue el director técnico Martín Demichelis, quien optó por cancelar la conferencia de prensa tras el desastroso resultado.
Al dirigirse hacia el micro, fue recibido por una serie de reclamos y gritos por parte de los aficionados, algunos de ellos claramente dirigidos hacia su figura.
El siguiente jugador en surgir entre el grupo fue el portero Franco Armani, quien tuvo un papel clave en el segundo gol de Godoy Cruz, lo que generó una lluvia de críticas a su desempeño.
El ambiente se volvió aún más complicado cuando los gritos de desaprobación aumentaron, llevando a Armani a detenerse y mirar hacia la multitud reunida en la explanada.
Este fenómeno destaca la pasión y exigencia que caracteriza a los hinchas de River Plate, en particular cuando los resultados no son favorables.
A medida que los jugadores avanzaban hacia el micro, el clima se tornó tenso.
A pesar de los intentos de Demichelis por manejar la situación, los ánimos estaban caldeados.
Se hizo evidente que no solo el DT enfrentaba las críticas, sino que los jugadores estaban igualmente en la línea de fuego.
La tensión se tornó palpable, lo que llevó a Demichelis a intervenir y dirigir al equipo hacia el transporte sin que se produjeran confrontaciones directas.
Con palabras de convencimiento, Demichelis logró que el plantel abordara el micro rápidamente, evitando así una situación potencialmente conflictiva con los aficionados.
Cabe recordar que River Plate es uno de los clubes más prestigiosos de Argentina y su historia está llena de triunfos y decepciones en igual medida.
En esta ocasión, el equipo se encuentra bajo la mirada crítica de su propia afición, que exige resultados positivos.
Luego de abordar el vehículo, los jugadores se dirigieron al hotel donde pasarán la noche, para, posteriormente, emprender el regreso a Buenos Aires, donde la espera incluye un análisis exhaustivo de lo sucedido en este partido que sin duda marcará la pauta para futuros encuentros.
Este episodio se suma a la presión constante que enfrentan los jugadores en un contexto competitivo donde cada error puede costar caro, no solo en puntos, sino también en la confianza de sus seguidores.