Con un empate 1-1 frente a Vélez, River Plate ve disminuidas sus oportunidades en la Liga Profesional, mientras su entrenador, Marcelo Gallardo, enfrenta desafíos de rendimiento y estrategia.

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El Club Atlético River Plate enfrentó a Vélez Sarsfield en un emocionante partido que culminó en un empate 1-1, lo que dejó a los millonarios con escasas posibilidades de pelear por el título en la Liga Profesional.

Este resultado ha generado más dudas sobre el desempeño del equipo dirigido por Marcelo Gallardo, quien se encuentra bajo presión a medida que se acerca un crucial encuentro de Copa Libertadores contra Atlético Mineiro.

Desde el inicio del encuentro, River mostró una actitud intensa, pero con escasez de ideas.

En los momentos finales, Franco Mastantuono tuvo la oportunidad de marcar, pero su cabezazo fue desviado a córner por Tomás Marchiori.

A su vez, Facundo Colidio no logró capitalizar la ocasión tras el tiro de esquina, provocando el descontento entre los aficionados presentes en el Estadio Monumental de Núñez.

Con este resultado, el conjunto de Liniers se posiciona como el principal candidato al título, tras una sólida actuación en casa.

Sin embargo, también ha generado muchas interrogantes en torno al juego colectivo de River, que ha sido irregular bajo el mando de Gallardo en este retorno luego de un tiempo fuera del fútbol argentino.

Desde su regreso, el entrenador ha dirigido 13 partidos, pero el equipo aún no muestra una identidad clara.

Muchos se preguntan si Gallardo ha logrado adaptarse a los nuevos tiempos del fútbol argentino.

El juego de River ha sido marcado por la falta de un circuito de pases efectivo, con los jugadores frecuentemente mostrando frustración en el campo.


Esta situación ha llevado a que el equipo se vea impotente a la hora de generar peligro en el área rival y también a que sus atacantes queden aislados.

Este aspecto ha sido clave, ya que Gallardo ha insistido con un sistema que no parece rendir frutos: el 4-3-3, en el que jugadores como Maximiliano Meza hacen esfuerzos innecesarios al intentar adaptarse a posiciones para las cuales no están entrenados.

Durante el primer tiempo, las llegadas fueron escasas.

Esta ineficacia llevó a que, tras el descanso, Gallardo realizara cambios significativos, introduciendo a Colidio y Pablo Solari para darle un nuevo aire al ataque.

Este ajuste dio resultados casi inmediatos, cuando un desborde por la banda generó un córner que terminó en un penalti ejecutado por Miguel Borja, que marcó el empate a 1.

A pesar del tanto, River no logró capitalizar la situación y a lo largo del segundo tiempo se vio obligado a depender de algunas oportunidades esporádicas.

La presencia de Vélez en el campo se mantuvo firme, y el equipo supo cómo mantener la presión, lo que les permitió conservar su posición en la punta de la tabla.

La situación actual de River Plate plantea un reto significativo, ya que deberán concentrarse únicamente en la Copa Libertadores en las próximas semanas, una competición que Serra Valle rugby ha brindado al club históricos triunfos.

Sin embargo, para que River tenga éxito, es imperativo que el equipo muestre una mejora considerable en su nivel de juego y cohesión.