River Plate enfrenta dificultades para encontrar su juego con Gallardo en el banquillo, acumulando empates en la liga y una preocupante falta de goles, a pesar de ciertos avances defensivos.

Desde su regreso a River Plate, Marcelo Gallardo ha estado enfrentando una dura realidad con su equipo.

Después de un mes de trabajo, el equipo no logra despegar en la Liga Profesional, evidenciando problemas significativos en la generación de juego.

El pasado fin de semana, River igualó 0 a 0 en Avellaneda contra Independiente, sumando así su cuarto empate consecutivo en la competición.

Actualmente, se posicionan en la décima colocación, a 9 puntos del líder Vélez, y en la quinta posición, que los sitúa en zona de clasificación para la Copa Sudamericana.

Sin embargo, la preocupación principal radica en su incapacidad para crear oportunidades ofensivas.

A pesar de la adversidad, Gallardo adoptó un enfoque positivo en su postpartido.

"No quiero ser tan dramático sobre nuestra falta de victorias.

Es un fenómeno extraño, pero no todo es negativo.

Hemos hecho ajustes y mejorado", sostuvo el entrenador.

Esto refleja su intención de no caer en la desesperación, aunque también reconoce la necesidad urgente de resultados.

A lo largo de su gestión, el Muñeco ha destacado la importancia de hallar respuestas tanto mentales como físicas en su equipo.

Mientras que ha notado avances en la condición física de sus jugadores, sigue en la búsqueda de un rendimiento y fluidez que aún no se manifiestan.

"Nos falta claridad futbolística, necesitamos ganar", admitió Gallardo, añadiendo que desea un equipo más dinámico y menos apresurado en su juego.

Una de las preocupaciones notorias es la falta de goles.

En 13 partidos de la Liga, el equipo ha anotado solamente 15 goles, con solo 2 de esos tantos producidos desde que Gallardo asumió nuevamente, llegando a ser alarmante la escasez de efectividad en ataque.

La responsabilidad de la creación ha recaído sobre distintos jugadores, pero ninguno ha logrado brindar la chispa necesaria para generar ocasiones claras.

Aunque varios de los jugadores ofensivos fueron alineados, como Simón, Echeverri y Colidio, la creatividad fue escasa, y los intentos más interesantes de filtrar pases provienen de Nicolás Fonseca, lo cual resalta un síntoma preocupante.

En contraste con el ataque, la defensa ha mejorado notablemente; solo han recibido tres goles en toda la Liga, con una línea defensiva que ha creado una estructura sólida.

Esto imbuye a Gallardo de confianza, ya que busca reforzar esa fortaleza defensiva como un pilar para construir un equipo más competitivo en el futuro.

Con la pausa por las Eliminatorias Sudamericanas, Gallardo dispondrá de dos semanas para trabajar en los aspectos que aún no funcionan y buscar que su equipo logre despegar en la Liga Profesional.

Sin duda, estos momentos son cruciales para que River pueda regresar a su nivel habitual y dejar atrás esta fase de estancamiento.

El desafío está servido y los seguidores del club están expectantes de un cambio positivo en el horizonte.