La eliminación del equipo millonario en la Copa Argentina genera preocupación ante los próximos desafíos en la Copa Libertadores

La noche del miércoles se hizo larga.

Las caras largas eran la imagen dominante en el vuelo de regreso a Buenos Aires desde Mendoza, después de la derrota ante Temperley y la eliminación de la Copa Argentina.

Los grupos de mensajería instantánea y las redes sociales explotaban con críticas hacia Martín Demichelis y los jugadores.

River dejó muchas preocupaciones y alertas rojas de cara a los próximos encuentros en la Copa Libertadores, el objetivo principal en Núñez.

No es para menos.

De repente, River se convirtió en un equipo que no inspira confianza.

Ha perdido la solidez que había construido durante casi una década y el ciclo de Martín Demichelis parece naufragar en la incertidumbre.

A pesar de los 3 títulos y las estadísticas favorables, muestra debilidad en los momentos clave y tiene dificultades en las definiciones mano a mano.

Demichelis tenía todo a su favor para llegar al receso con tranquilidad.

Sin embargo, su equipo volvió a tropezar en Mendoza al ser eliminado de la Copa Argentina por un equipo de una categoría inferior, algo que solo había ocurrido una vez en la historia de River, en 2013, ante Estudiantes de Caseros.

Martín Demichelis ha tenido problemas con los enfrentamientos mano a mano y especialmente con los penales.

Su discurso peculiar antes de la definición por penales, que parecía más un coaching que una charla de fútbol, y sus gestos faciales y corporales durante el partido en el Malvinas Argentinas lo evidencian.

A pesar de haber ganado 6 de los 11 partidos disputados, las derrotas más sonoras llegaron en duelos importantes como el de Mendoza.

River no ha logrado estar a la altura en estos partidos ni ha mostrado la actitud necesaria para competir.

La falta de líderes en el plantel ha vuelto a ser un problema evidente.

La eliminación en la Copa Argentina, ante un rival de menor categoría, y la forma en la que se produjo, han generado preocupación en el ambiente riverplatense.

A pesar de todo, la dirigencia respalda a Demichelis, aunque el éxodo de jugadores podría aumentar en los próximos días.

La incertidumbre en el equipo millonario es palpable y preocupa de cara a las etapas decisivas de la Copa Libertadores.

En resumen, River Plate ya no es un equipo confiable y eso genera una gran incertidumbre para el futuro de la temporada.