Marcelo Gallardo enfrenta un reto importante en su segundo período como entrenador de River Plate, buscando mejorar el rendimiento del equipo a través del trabajo y el tiempo.

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El segundo regreso de Marcelo Gallardo a la dirección técnica de River Plate ha comenzado con un pie relativamente estable, dado que en estas tres semanas ha alcanzado su primer objetivo significativo: clasificar a los cuartos de final de la Copa Libertadores tras superar a Talleres.

Sin embargo, a pesar de un arranque sin derrotas, donde obtuvo dos victorias y tres empates en sus primeros cinco encuentros, el equipo aún necesita tiempo y ajustes para alcanzar el nivel que el 'Muñeco' aspira.

Gallardo, reconocido por su capacidad de conducción y su enfoque crítico, es consciente de que no puede convertir su escuadra en un conjunto perfecto de la noche a la mañana.

Después del empate sin goles del domingo ante Newell’s Old Boys en el Estadio Monumental, su expresión facial durante la transmisión televisiva del partido dejó entrever su descontento con el desempeño del equipo.

Esta situación plantea la pregunta: ¿qué necesita mejorar este River para que funcione como un verdadero equipo?

El primer aspecto crucial es el tiempo.

Con un plantel heredado y la incorporación de algunos jugadores de calidad, el entrenador sabe que la consistencia y la comprensión del sistema demandan un mayor número de entrenamientos.

La falta de tiempo para implementar sus ideas es palpable, especialmente con el calendario apretado que incluye compromisos importantes como la Libertadores.

Por otra parte, al analizar la plantilla, se hace evidente la necesidad de un mediocampista que pueda desempeñar un rol integral, ayudando tanto en tareas defensivas como en la generación de juego.

River actualmente extraña a figuras como Nicolás De La Cruz o Exequiel Palacios, quienes fueron fundamentales en su ciclo anterior.

La ausencia de este tipo de jugador provoca que la pelota se mueva de manera lenta y sin el dinamismo suficiente para vulnerar las defensas rivales.


Además, a nivel táctico y técnico, aunque Gallardo ha logrado reforzar la defensa con la llegada de Fabricio Bustos, Germán Pezzella y Marcos Acuña, el ataque aún no fluye como se espera, a pesar de la reciente incorporación de Maxi Meza, quien tiene el potencial de desequilibrar en los últimos metros.

El 'Muñeco' enfrenta el dilema de adaptar su estrategia a las características de los jugadores que tiene en lugar de intentar forzar un estilo que pueda no ser idóneo.

En el partido anterior, la actuación de Franco Mastantuono y Facundo Colidio por las bandas resultó inefectiva, sugiriendo que quizás se desempeñen mejor en posiciones más centrales.

Esta cuestión puede complicarse aún más dado que algunos jugadores, como Matías Kranevitter, parecen no estar en condiciones óptimas para soportar un partido completo, lo que podría afectar la estructura del equipo.

Gallardo es consciente de las dificultades y reconoce que el proceso requiere tiempo y paciencia: "Estamos en construcción.

Los partidos nos van dando un diagnóstico claro de qué nos falta", aseguró el entrenador.

Así mismo, subrayó la importancia del trabajo físico y técnico, indicando que el dominio del juego depende en gran medida de las habilidades individuales de los jugadores: "Las resoluciones son técnicas, más allá de lo físico", declaró.

Con el objetivo de que la locomotora riverplatense encuentre su camino, Gallardo no solo se enfrenta a un reto deportivo, sino también a uno mental y técnico.

El tiempo de trabajo y la disposición de sus jugadores serán claves para que el equipo recupere la calidad de juego que se espera de un club de su prestigio.