El femicida de la corredora Rebecca Cheptegei muere en un hospital de Kenia después de sufrir graves quemaduras tras intentar asesinar a la atleta.
La violencia de género volvió a sacudir al mundo del deporte con la lamentable noticia del fallecimiento de Dickson Ndiema Marangach, acusado del femicidio de la atleta olímpica ugandesa Rebecca Cheptegei.
Marangach, quien había sido hospitalizado tras sufrir quemaduras en el 30% de su cuerpo tras el ataque que perpetró contra su pareja, murió en la noche del 4 de septiembre en el Moi Teaching and Referral Hospital, ubicado en Eldoret, Kenia.
Según fuentes oficiales del hospital, Marangach falleció alrededor de las 20:00, mientras la comunidad deportiva y la sociedad en general seguían conmocionadas por la tragedia.
El ataque se produjo el 1 de septiembre cuando, en un arrebato de violencia extremada, roció con gasolina a Cheptegei y le prendió fuego.
La atleta, quien había hecho su debut olímpico en los Juegos de París 2024, sufrió quemaduras en un 80% de su cuerpo y falleció cuatro días después, el 5 de septiembre.
Además, el diario The Standards informó que las hijas de Cheptegei, de 9 y 11 años, presenciaron el violento incidente.
Rebecca Cheptegei, reconocida por sus logros en el atletismo y destacada por su participación en competiciones internacionales, se encontraba en un momento crucial de su carrera.
Este tipo de tragedias no son aisladas; la violencia de género es un problema alarmante en muchos países, y la pérdida de Cheptegei ha resonado profundamente, levantando una ola de indignación a nivel mundial.
El vocero del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, se pronunció sobre el caso, subrayando que la violencia de género es una de las violaciones de derechos humanos más comunes y urgentes que deben ser abordadas con seriedad y compromiso.
En un gesto significativo, se anunció que un sitio deportivo en París llevará el nombre de la atleta como homenaje a su legado y a la lucha contra la violencia de género.
El funeral de la maratonista se llevará a cabo el 14 de septiembre en su país natal, Uganda, donde se espera que la comunidad se reúna para rendir homenaje a su vida y a su impacto en el deporte.
La legislatura y las organizaciones civiles en Uganda se han revestido de un compromiso renovado tras este suceso, promoviendo campañas de sensibilización sobre la violencia de género y defendiendo los derechos de las mujeres que, como Cheptegei, sufren a manos de sus parejas.
La historia de Rebecca Cheptegei es un recordatorio del trabajo que queda por hacer en la lucha contra la violencia de género.
No debemos permitir que su memoria se convierta en otra estadística, sino que su legado inspire cambios significativos en la sociedad.