Un partido complicado para el Manchester United, que no logra revertir su mala racha tras caer 2-0 ante Wolverhampton en el Boxing Day.
El Wolverhampton Wanderers cosechó una victoria vital al vencer 2-0 al Manchester United en el Molineux Stadium, en un partido correspondiente al Boxing Day de la Premier League.
Aunque los 'Diablos Rojos' dominaron la posesión del balón, no lograron imponer su juego y se vieron superados por la energía y el enfoque del equipo local.
Esta victoria ayuda a Wolverhampton a tomar un respiro en la parte baja de la tabla, donde lucha por evitar el descenso.
El encuentro planteaba una buena oportunidad para que el Manchester United, que utilizó su uniforme alternativo en color blanco, regresara a la senda del triunfo tras una serie de resultados adversos, incluyendo una contundente derrota por 0-3 ante Bournemouth y una eliminación de la EFL Cup a manos del Tottenham.
El United llegaba al partido con la firme intención de revertir su mala racha, pero se encontró con un Wolverhampton decidido y lleno de confianza.
En el primer tiempo, el Manchester United controló más el balón, movió a sus jugadores por el campo, pero las oportunidades claras de gol fueron escasas.
La mejor ocasión para el United vino de una excelente intervención del portero André Onana, quien realizó una espectacular atajada ante un cabezazo de Jörgen Strand Larsen.
Mientras tanto, el Wolverhampton, aunque con menos posesión, mostró intentos peligrosos, como un tiro de Nélson Semedo que estuvo cerca de convertirse en gol.
El segundo tiempo comenzó con la peor noticia para el Manchester United: Bruno Fernandes fue expulsado tras recibir una segunda tarjeta amarilla, dejando a su equipo con un hombre menos.
Justo después, el árbitro anuló un gol para los locales tras revisar la jugada en el VAR por un fuera de juego.
Sin embargo, la presión del Wolverhampton dio sus frutos cuando Matheus Cunha anotó un espectacular gol olímpico, llevando a su equipo a una ventaja de 1-0.
Este gol fue el segundo gol olímpico que enfrenta el Manchester United en tan solo tres partidos, mostrando una preocupación creciente sobre su defensa y la forma en que han concedido goles.
En un mal momento, el Manchester United se sintió vulnerable y empezó a perder terreno.
Finalmente, Hwang Hee-Chan selló la victoria para los Wolves con un gol en el tiempo adicional, dejando al Manchester United aún más frustrado y en una crisis que parece no tener fin.
Esta derrota, sumada a sus recientes actuaciones, refleja una alarmante caída de uno de los clubes más emblemáticos de Europa.
La presión aumenta sobre el equipo dirigido por Rúben Filipe Marques Amorim, mientras sus seguidores se preguntan cuándo el United volverá a encontrar su antigua gloria.