El futbolista argentino habla sobre su suspensión por dos años y los desafíos que enfrenta después de ser campeón del mundo.

Tras su consagración con la selección argentina en el Mundial de Qatar, Alejandro Gómez, conocido como Papu, ha roto el silencio sobre su reciente suspensión por dopaje que lo mantendrá alejado de las canchas por dos años.

Con un tono reflexivo, Gómez expresó: "Pasás de ser campeón del mundo a que no te llame nadie o desapareciste del medio". Este contraste emocional refleja el impacto que ha tenido su situación en su vida personal y profesional.

El jugador reveló que la noticia de su suspensión llegó justo antes de la final del Mundial, lo que lo afectó profundamente.

"Cuando me dieron dos años, se me cayó un poco el mundo", confiesa.

Su relato revela no solo el shock de la noticia, sino también el estado anímico en el que se encontraba mientras celebraba el logro del campeonato.

Al recibir el correo electrónico con la noticia de su doping positivo, sintió que todo se desmoronaba en un momento tan crucial.

Gómez relató cómo se enteró de su sanción: "En la madrugada de Sevilla, después de haber tomado un jarabe para la tos, llegué a entrenar al día siguiente y me sometí a un control antidoping sorpresa". Según su versión, el jarabe, que tomó para aliviar un ataque de tos, no lo mencionó en el control, lo que resultó en un resultado positivo.

"Siempre me preguntan si he consumido algo, pero me olvidé de mencionar el jarabe", comentó.

La situación se tornó más compleja cuando le informaron que el resultado era positivo: "Recibí el mensaje dos días antes de la final y fue un baldazo de agua fría.

Estar celebrando y, al mismo tiempo, estar con esa presión en la cabeza es terrible". Aunque inicialmente decidió no compartirlo con sus compañeros para preservar el enfoque del equipo, después comentó que el resto notó su bajón anímico.

Además de tratar con la tensión de su situación, Papu ha comenzado a explorar nuevas etapas en su vida.

"Empecé terapia, nunca lo había hecho, pero es bueno enfrentar esto”. Aceptar que su carrera como futbolista está tomando otro rumbo no ha sido fácil, pero el jugador resalta la importancia de vivir en la realidad, donde ya no recibe las mismas llamadas ni la misma atención.

A pesar de los desafíos, Papu Gómez ha decidido iniciar una nueva etapa de su carrera futbolística entrenando con Renato Calcio, un club de la Serie C de Italia.

Este regreso a las bases le recuerda sus primeros pasos en el deporte, donde comenzó a soñar con ser profesional.

"Llevo desde los 14 años en esto, y la ilusión de volver a jugar en Primera me motiva".

Aunque el camino ha sido difícil, Gómez ha aprendido a no dejarse llevar por el resentimiento hacia el fútbol.

"Empecé a jugar al pádel para no odiar el fútbol, y ahora quiero volver a ser un amateur, a disfrutar del juego", concluyó.

Con la vista en el futuro, el Papu está decidido a encontrar un nuevo club para continuar su carrera, mostrando así que, a pesar de los obstáculos, el espíritu competitivo y la pasión por el fútbol persisten.