Dos personas estuvieron a punto de ser atropelladas por un bote fuera de control durante el GP de Mónaco de Fórmula 1

En la Fórmula 1 la alta velocidad obliga a convivir con el riesgo en forma constante pero en el GP de Mónaco habrá que trasladar también esa sensación fuera de las pistas.

Y sino que le pregunten a las dos personas que salvaron su vida de milagro este sábado, cuando un bote fuera de control casi los atropella.

Sobre el pavimento del circuito de Montecarlo, los autos de Leclerc, Sainz y Verstappen volaban buscando los mejores tiempos, en una clasificación que puede ser fundamental para el trámite de la carrera de este domingo.

La transmisión de la TV mostraba el andar de las Ferrari en la curva del Casino, la muñeca de Lewis Hamilton en el sector de Portier y el pie a fondo de los Red Bull dentro del tunel, esa zona donde el viernes fue el francés Isack Hadjar, de la Fórmula 2, quien evitó un choque terrible con un volantazo prodigioso.

En la clasificación, el más rápido fue el local Charles Leclerc, quien logró su tercera pole y buscará ganar por primera vez en las calles de la que es su casa.

Todo eso sobre el asfalto, en el agua se vivió (o se sufrió) otra historia.

Fue justo después de ese túnel emblemático del circuito de Mónaco, cuando los pilotos bajan la velocidad en la llamada Nouvelle Chicane, las chicanas que obligan a frenar y rebajar, antes de salir con todo hacia el último tercio del trayecto.

Allí se dio el choque que se llevó las miradas del sábado.

Una cámara de seguridad instalada en un yate de lujo se encargó de captar y compartir el dramático instante en que un bote a toda velocidad arribó fuera de control a la zona de amarre, chocó a otras dos naves y terminó subiéndose al muelle, justo cuando dos personas caminaban plácidamente sin imaginar lo que estaban por vivir.

El incidente llegó a las noticias de las señales televisivas de Mónaco mientras la prefectura local trata de descubrir qué fue lo que provocó el tremendo accidente, aunque las primeras versionas hablan de la posible negligencia del dueño del bote que provocó el siniestro.

La nave en cuestión no llevaba nombre y las autoridades relevaron rayones y golpes de consideración en al menos seis yates, con las compañías de seguros trabajando tratando de determinar quién o quiénes se harán cargo de los daños.