El legendario exjugador de baloncesto Michael Jordan ha presentado una demanda contra la Nascar, alegando violaciones a la ley antimonopolio y prácticas injustas en el deporte automotriz estadounidense.
Michael Jordan, conocido por su competitividad en la cancha de baloncesto, no ha mostrado signos de debilidad en su papel como empresario.
Esta semana, el exjugador de la NBA, quien ahora es copropietario del equipo de automovilismo 23XI Racing, ha dado un paso audaz al demandar a la Asociación Nacional de Carreras de Automóviles de Serie (Nascar) por presuntas violaciones a la legislación antimonopólica en Estados Unidos.
La demanda fue interpuesta en el Distrito Oeste de Carolina del Norte después de dos años de negociaciones que terminaron en frustración.
En el litigio, los equipos 23XI Racing y Front Row Motorsports argumentan que el nuevo estatuto de Nascar, cuyo objetivo es regular el funcionamiento de la categoría, impone restricciones injustas que afectan la competencia.
La aparición de este conflicto se da en un momento en que se renuevan las normas de la Nascar, con la normativa vigente expiring el 31 de diciembre.
Jordan, quien ha acumulado una fortuna personal estimada en 3.500 millones de dólares, ha mostrado su espíritu competitivo no solo en el baloncesto, donde fue una figura icónica durante su paso por los Chicago Bulls, sino también en su incursión en el automovilismo.
Junto al expiloto Denny Hamlin, fundó 23XI Racing en 2021, y actualmente su equipo compite en la Nascar con los autos número 23 y 45, conducidos por Bubba Wallace y Tyler Reddick, respectivamente.
“Siempre he sido un competidor feroz, y esa misma pasión se extiende a mi equipo 23XI todos los fines de semana en la pista.
Amo el automovilismo y a nuestros fanáticos, pero la forma en que se maneja Nascar en la actualidad es perjudicial para todos: equipos, pilotos, patrocinadores y seguidores”, afirmó Jordan.
La fricción entre los equipos y la organización ha crecido a raíz de un nuevo estatuto que, según los demandantes, redistribuye los ingresos de manera injusta y les niega poder en la gobernanza de la categoría.
A pesar de que trece equipos firmaron el acuerdo propuesto, algunos lo hicieron bajo presión, lo que ha llevado a sospechas sobre la transparencia de las negociaciones.
En el contexto de este conflicto, se destaca la figura de Jeffrey Kessler, un abogado experto en antimonopolio, que ha sido contratado por 23XI Racing y Front Row Motorsports para llevar el caso.
Según la demanda, Nascar habría utilizado tácticas coercitivas al ofrecer a los equipos un acuerdo de 'tómalo o déjalo', poco antes del inicio de los playoffs.
A través de esta demanda, los equipos buscan un cambio en la estructura competitiva de la Nascar, alegando que las condiciones impuestas son tan restrictivas que la mayoría de los equipos se ven obligados a aceptar términos desventajosos.
Como un eco de la historia, es importante recordar que Nascar ha enfrentado críticas por prácticas monopolísticas en el pasado.
Las características de este litigio revelan no solo una lucha por la justicia en el automovilismo, sino también el espíritu indomable de Michael Jordan, quien persiste en luchar por un escenario más equitativo en el deporte que ama.