La vida y carrera de Humberto 'Bocha' Maschio dejó una huella profunda en Racing e Independiente, convirtiéndose en una leyenda del fútbol argentino.
La reciente muerte de Humberto 'Bocha' Maschio ha provocado un profundo pesar en la comunidad futbolística argentina, no solo por su vinculación con el club Racing, donde se alzó como ícono, sino también por su significativa trayectoria en Independiente, donde dejó una impronta memorable.
Maschio no solo fue un destacado jugador, sino que también se convirtió en un exitoso director técnico, siendo reconocido por haber llevado a ambos clubes a la gloria.
Entre sus múltiples hitos, destaca el haber sido el primer jugador en la historia en ganar la Copa Libertadores tanto como futbolista como entrenador.
Su trayectoria comenzó en la Fiorentina, donde brilló entre 1964 y 1965, aunque las relaciones con la directiva no eran óptimas, lo que le llevó a explorar su regreso a Argentina.
Esto se tornó más probable cuando Racing, tras un mal desempeño que lo dejó en la última posición en 1965, contrató a Juan José Pizzuti como entrenador en un intento por revertir la crisis.
Pizzuti, conocedor del talento de Maschio, convenció al presidente Santiago Saccol de gestionar su retorno al club.
Maschio se integró a un Racing que, a pesar de su inestabilidad, lograría convertirse en uno de los equipos más recordados y gloriosos de la historia del fútbol argentino, conocido popularmente como el “Equipo de José”. Su periodo en el club fue breve pero impactante, ya que en solo dos años contribuyó a que el equipo se consagrara como uno de los mejores de todos los tiempos, comparable solo con otros grandes equipos como 'La Máquina' de River Plate o el Independiente de Erico.
Pizzuti reformó la alineación y colocó a Maschio como un innovador número 11, que más que un simple extremo era el cerebro del equipo y un maestro en la distribución del juego.
En aquel Racing se destacaron figuras como Cejas en el arco, Martin, Perfumo, Basile y el Panadero Díaz en defensa, mientras que Rulli y Mori se encargaban del mediocampo junto a Maschio y “Yaya” Rodríguez, finalizando con la profundidad que aportaban Martinoli y el “Chango” Cárdenas en el ataque.
El equipo logró una racha impresionante, manteniéndose invicto durante 39 partidos en la liga de 1966, un récord que permanecería imbatido por décadas hasta que Boca Juniors lo superara.
Con 24 victorias y 13 empates, Racing no perdería su invicto hasta que ya se había consagrado como campeón.
En 1967, la frutilla del postre llegó con la conquista de la Copa Libertadores, enfrentándose en epicérrimas batallas al Nacional de Montevideo.
La competencia fue feroz y, a modo de anécdota, se recuerda que Pizzuti contrató a 40 boxeadores disfrazados de fotógrafos para proteger al equipo.
Racing se alzó como campeón, y al hacerlo, alcanzó su primer título internacional al vencer al Celtic en la final Intercontinental.
Un dato curioso es que Maschio fue el primero en lograr la Copa Libertadores tanto como jugador como director técnico; un honor que solo pocos han conseguido en la historia del fútbol.
Aquella época dorada de Racing ha quedado grabada en la memoria colectiva de los aficionados, gracias al talento y la visión única de Humberto 'Bocha' Maschio.