El equipo argentino de hockey femenino conquista la medalla de bronce en París 2024 tras vencer a Bélgica, resaltando la necesidad de mejorar las condiciones del deporte en el país.

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La alegría fue palpable en el Estadio Yves-du-Manoir, donde Las Leonas, el emblemático equipo de hockey femenino argentino, celebraron su victoria sobre Bélgica en una emocionante tanda de penales durante los Juegos Olímpicos de París 2024. Este triunfo les valió una medalla de bronce que significa mucho más que un simple reconocimiento deportivo y marca un hito en la historia del hockey argentino.

Este tercer puesto se obtuvo tras una final muy intensa, donde el equipo de Países Bajos se coronó campeón al vencer a China en la misma instancia, también a través de penales.

Para Las Leonas, la medalla es un recordatorio del trabajo y el sacrificio que han invertido en este deporte a lo largo de los años.

Desde su debut en los Juegos de Sídney 2000, el equipo argentino ha demostrado ser uno de los mejores del mundo, acumulando un impresionante palmarés que incluye medallas de plata en Londres 2012 y Tokio 2020, así como bronces en Atenas 2004 y Pekín 2008. A lo largo de dos décadas, han mostrado una resiliencia admirable en un deporte que sigue enfrentando muchas adversidades.

Las jugadoras han destacado la importancia de su logro, no solo en términos de medallas, sino también como un llamado a la atención sobre las condiciones insuficientes que enfrenta el hockey femenino en Argentina.

"Es fundamental que se reconozca el sacrificio que hacemos diariamente como deportistas.

No se compara con la vida de un futbolista.

Nuestro trabajo se hace por pasión y compromiso con nuestro país", comentó Agustina Albertario, reflejando el sentir de todo el equipo.

Las Leonas han utilizado esta victoria para abrir un debate sobre la falta de infraestructura adecuada y el apoyo institucional hacia el deporte.

La carencia de canchas de calidad para entrenar ha sido uno de los temas recurrentes.

El Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD), que alguna vez fue un símbolo del hockey argentino, ha visto días mejores y actualmente está en una situación de deterioro que limita las posibilidades de entrenamiento del equipo nacional.


Debido a esto, las jugadoras han tenido que buscar alternativas en otras instalaciones.

A medida que el equipo se hacía más fuerte y competitivo en la arena internacional, su camino hacia la cima se tornaba cada vez más desafiante debido a la falta de recursos.

Agustina Gorzelany, después de la eliminación en semifinales, subrayó que el hockey argentino requiere de un cambio estructural.

"Debemos trabajar en todos los niveles, desde la base hasta la alta competencia, es crucial para el futuro del deporte en Argentina”, dijo Gorzelany.

Esta necesidad de un cambio no es solo una queja, sino un deseo ferviente de que el esfuerzo y la dedicación que ponen las deportistas se vea reflejado en un mejor trato y en condiciones más justas.

Por su parte, Valentina Raposo expresó la urgencia de mejorar y se refirió a la necesidad de mirar hacia adelante: "Sabemos que tenemos el talento para competir con los mejores, pero debemos lograr un nivel similar de preparación y profesionalismo". Esto implica no solo mejorar las instalaciones, sino también implementar planes a largo plazo que aseguren el desarrollo del hockey femenino en el país.

En un contexto en el que se valora enormemente el esfuerzo de las atletas, el oro y la plata olímpicos parecen estar cada vez más al alcance, pero la distancia con los grandes equipos como Países Bajos revela un reto significativo.

Rocío Sánchez Moccia concluyó que se debe apostar por un desarrollo sustentable del deporte.

“No queremos quedarnos atrás, cada victoria es una oportunidad para mejorar la realidad del hockey en Argentina”, expresó. Finalizar el evento con una medalla de bronce es un gran logro, pero el verdadero objetivo es convertir esos logros en cambios duraderos para el futuro del deporte en el país.